cio estaba a punto de quebrar y vine a rogarle a Jorge que te prestara el dine
uedó pálido,
¿quién pagó la mayor parte de la fiesta porque no te alcanzaba? ¿
irada, incapaz de
ién la cuidó durante tres meses cuando se rompió la cadera? ¿Quién le hacía la comida, la bañaba, la llevaba al m
os, su rostro una máscar
icado tiempo con mi propio hijo, con mi esposo, por estar siempre disponible para ustedes! ¿Y cuál es mi re
, dando un paso hacia mí, "¡Estás h
, pero lo aparté con una fu
speté, "¡No te atreva
ntrando su voz de nuevo, "¡Toda la vida las hij
la vida que los hijos se queden con todo y la hija con nada? ¿Es
a cristiana," intervino la esposa d
las joyas de mi madre, ¿verdad?! ¡Joyas que
omedor atraído por el ruido, su rostro mostraba una mezcla de sorpresa y p
pero mi voz hacia él fue más suave, "¡Se acab
o, la negación de mis sentimientos, el desprecio por mis sacrificios, la forma en
s mejillas, pero esta vez no era
s y saladas que l
dre a los ojos, mi voz firme, inquebrantable, "Busque a su
idar," dije, mirando a Jorge y a Mateo, "u
, ustedes para m