smael mientras yo camina
uve y
¿
como si mi simple reconocimiento significa
, la vieja dinámica volviendo a encajar en su mente-. Dan
l y cómoda en que solíamos movernos el uno alrededor del otro, un equipo d
educada pero firme-. Ya he cont
e y me alejé, dejándolos en la acera con m
apagué el teléfono. Necesitaba unas horas de sile
s. El último era de Judith. Era una foto de ella en mi antiguo dormitorio, sentada en
son los mejores. ¡Incluso me dieron la suite principal! Dijeron
, mi vida. Y ellos la estaban dejando. Se lo
y la foto. Luego
eollamada de una amiga, Clara, que se h
ndí-. ¿Te vas a casar? ¿Con el chico Garza? ¡Siempr
pasar, Clara -dij
es tres eran
propia vida -dije, más pa
de Clara s
. ¿qué hay de esa becaria? ¿Judith? Vi su
ra poderosa porque estaba en mi órbita. Una vez que me fuera, solo sería
ntalla. La puerta de su cafetería se abrió de golpe y la
ando el teléfono de Clara-. ¡Sabí
límites, ni concepto de
de Clara s
lamada privada
dith se descomp
viéndose hacia Daniel-
stintos protectores en plena exhibici
uí. -Miró a Clara con
ntalla del teléfono, su
Daniel, su voz lo suficientemente alta como para que yo la
a reacción. Pero todo lo que sentí fue una
i teléfono vibró con la notificación de la ho