nada hubiera pasado. Este era su patrón
el desayuno, sonriendo como si no hubiera
o a toda un ala de lujo de una tienda dep
eras, Alina
exceso. Me detuve un segundo de más frente a un brazalete de
hándolo alrededor de mi muñeca. Los diamantes se sentían
ecer, pero sabía lo que pasaría. Recordé la gasolina y el ro
en la plaza principal del centro comercial.
abía, de alguna manera,
entre la mult
ne
su sostén y su ropa interior. Su rostro estaba amoratado, su ca
ó en piedra. Empujó a la gente
", exigió a
laron. "¡Fue su es
que lo hicieran!", intervino otra vo
, escondiéndose detrás
ada, la sangre drenándose de mi rostro. No había hecho nada
xpuesto de Génesis. La acunó en sus brazos, su
na de una manera que ya nunca era co
ina... me advirtió... no pens
los míos a través de la multitud. No cuestiona
cesitaba un solo hecho. En s
u seguridad para que dispersaran a la mu
n mar de ojos que juzgab
pesado que una bola y una cadena. Ni siquiera me había preguntado. N
uiente, estaba
es, en todos los tabloides. "La esposa despechada de
no fue
Fotos íntimas. Fotos mías en lencería, fotos mías en la cama. Fotos que Héctor había tomado
do intrigante: ¡Vea las fotos que Alina Mon
tunas promiscua y manipuladora. Que tenía un histor
ndo se inclinab