a como si me movier
neas de dolor alrededor de sus ojos finalmente habían
golpe físico me quitaron el aliento. Me desplomé en el suelo, mis
Hice arreglos. Las palabras "certificado de defunción"
orgue, sosteniendo una pequeña y pesada caja, mi t
a
egro transparente. La cámara se movió y allí estaba Héctor, desabotonánd
ra la de ella. Los sonidos eran grotescos, íntimos.
arte de mí, una pequeña y obstinada pa
rpo ni siquiera estaba frío. Y
as clavándose en mi pa
e nuevo. Un mensaje
ssini's y tráela al Four Seasons. Estaba muy asustad
igía que atendiera a la mujer que efectivamente hab
taba muerta. No se había
glos, mis movimientos robóticos. Com
había llevado todo. Ahora
uite penthouse. La abri
tardaste
rostro una máscara en
en carne viva de mis palmas donde mis uñas se habían cla
nzó, extendiendo
un retroceso violento e in
l aire. Una mirada peligrosa apar
voz plana y muert
ula tensándose. "¿Te atreves
sus manos en el cuerpo de ella, estaba
ome contra la pared, su boca aplastando la mía en un bes
mis labios. "Está bien. Le conseguiré los mejores médicos, l
berrinches tienen que tener un límite, Alina. Crúzalo de n
cos. No lo sabía. La ironía era tan
é era más aterrador que el i
erta de la suite
icías irrumpieron.
ando un incidente en el Hospital General de la Ciudad. Una paciente, Irma Ha
ardaba detrás del sofá. Incluso ella parecía sorp
ctor hizo l
alándome directa
a lo hizo. Estaba histérica y causó la inte
prender la traición. Mi respiración se ent
¿qué estás
uina, lejos de la policía. Su s
Pero tú... tú no tienes nada. A nadie. Eres mía. Puedo mantenerte por el resto de tu vida. Te saca
Todo lo que podía oír era el
o se rompió. Se c
o del hombre que una vez amé. No había
bsoluta. Se estremeció, por un segundo, un tem
ngo grabaciones de seguridad del hosp
aría cualquier evidencia necesaria
vió. Una risa, aguda y quebr
yasa patética y ridícu
do. Y lo había pagado