que el imperio tecnológico de su familia colapsara y sus padres murieran, yo trabajaba tur
ró en el escenario, besó a una abogada de la alta sociedad
sobre mí a propósito. Más tarde, atrapadas juntas en un elevador, me sis
desde la escotilla de emergencia, capaz de salvar solo a una de n
itó sin un instante de
que yo era "fuerte" y podía soportarlo. Luego, tuvo la audacia de rogarme, a mí, su
nto en que la bolsa se llenó, salió corriendo con mi s
do, finalmente me di cuenta de que el chico al que habí
ítu
el pulido escritorio de caoba. Se detuvo a solo uno
rectos, se
o tenía un filo helado que hacía que la lu
y un cheque por cien mil
imposible, una figura de un universo diferente al que ella vivía, un m
s-, hay una beca completa para la universidad que elija.
arlo dos veces. El que había guardado en un
-la voz de Eliana e
cuero-, es Braulio. Usted desaparecerá de su vida. Nu
y rápidamente las escondió debajo de la mesa. Era esto. El momento que hab
n su rostro. -Seamos honestos. Usted es una coci
das, diseñadas para cor
e pertenece a su mu
en el pecho, un vacío que había
ores de la Libre de Derecho, una igual. Su futuro e
no tenía a nadie. El sistema la había es
elevarlo. Usted... usted es un recordato
no podía respirar. Cada palabra era una confirmación
vuelta. Un gesto pe
let de su escritorio y la giró hacia ella. La
Braulio Garza y la abogada socialité Jessica
a, con los brazos entrelazados, sonriendo para las cá
te la secó. Su teléfono, apretado en su mano debajo de la mesa, se resbaló. Golpeó el suelo de márm
Sus caminos se habían cruzado en la oscuridad, pero ahora que la estrella de
gó, arrastrán
e donde lo vio de nuevo por primera vez después de la prepa. Braulio Garza, el chico de oro, el prodi
e unos bravucones que se burlaban de su ropa de segunda mano.
mbado de la noche a la mañana. Sus padres habían muerto en un sospechoso acci
ndo hacia el agua oscura y revuelta de abajo. La mi
el brazo, su agarre sorprendentemente fuerte
bía dicho, con l
sus ojos enfocándose lentamen
s feroces-. Y mientras estés vivo, puedes
go parpadeó en las profundidades de
uavizándose-. Eres inteligente. Pued
Luego, una sola lágrima trazó un camino a través de la mugre e
o, la carta de aceptación del Tec de Monterrey que guardaba escondida en
n carne viva y quemadas. Aceptó un trabajo de limpie
alía l
raba despierto, sin importar qué tan tarde fuera, con un tazón de sopa caliente. Le frotab
licidad, pura y simple,
e brillante, construyó una nueva empresa de las cenizas de la antigua
nció el primer gran éxito de su nueva compañía. Estaba de pie
e ellos. El vestido barato que llevaba se sentía como un disfraz. El ai
ncreíble socia -anunció Braulio, su vo
de Eliana d
nida, de Cantú y Asociados,
más que la renta de Eliana por un año subió al escenario. Jessica Cantú
iración que Eliana no había visto en meses. Estaban uno
pareja de poder de San Pedro. Eliana observaba, con el corazón hundiénd
n a anunciar
ntes de las cámaras, Braulio se
se hizo
anta. Las promesas que él le hizo en su pequeño departamento resonaban en su
tomara. Pero ella no quería el dinero. Quería al hombre que la abraz
se mismo mom
o sonó. Er
ta de después ya va a empezar.
u propia voz espesa por l
viejo tono juguetón que usaba cuando
de su corazón tuvo esperan
larga y pesada se
-. El padre de Jessica está aquí. Es important
. Siempre era Jessica. Siempre se
lg
que tenía, un simple vestido negro. Fu
la gran entrada, saludando a los
rcibida, pero los agudos oj
ssica era brillante, pero sus ojos era
distante, indescifrable. Él no la quería aquí. Podí
-dijo Braulio, pero sus p
a, tomó una copa de champán de una ban
mano "resbaló". El champán empapó la
disculpa de Jessica fue fuerte y dra
y humillada, los ojos de la éli
elo de su bolsillo. Frotó su vestido, su toqu
eció Jessica, pasando su brazo por el
ción ya cambiando hacia
levar, una mario
En el momento en que las puertas se cerrar
ó, su voz venenosa-. Ya tomaste el
miró, si
galo? Fue una transacción. Estás pagada. Ahor
o.
arpadearon y se apagaron, sumergiéndolas en la oscuridad. Hubcontra el pasamanos de latón. El dolor explotó detrás d
na estaba torcida en un ángulo antinatural, y pod
chó la voz frenética de Braulio desde
ó ella, su voz d
escotilla de emergencia de arriba. -¡Los cables son inestables
los de Braulio en la tenue luz de emer
itó, sin un instante de
en el pequeño y roto
camino por su mejilla. Se había acabado. Estaba verdadera y finalm
aneció. Eliana miró al hombre que había orquestado su desamo
el a
se levantó y salió sin decir una palabra, deja