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Historia
La heredera traicionada: El engaño de un esposo

La heredera traicionada: El engaño de un esposo

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:2260    |    Actualizado en: 22/08/2025

milagrosamente a casa, solo para encontrar a su prometido, Camilo Suárez, y a su her

o delirios postraumáticos. En lugar de encontrar consuelo, Alana fue

reyendo cada una de sus mentiras, e incluso enviaron a Alana de vuelta al mismo complejo de trata

e manipulados por la dulce fachada de Brenda? ¿Por qué las

o de su renovada pesadilla. Luego, con un último y desesperado acto de desafío, le prendió fuego al complejo y saltó desde un acantilado, usa

ítu

ro años siendo un fantasma, una propiedad intercambiada en la oscuridad. Ahora, la libertad era una bocanada de aire húmedo y

do señas al primer coche que vio. La conductora, una señora mayor de

e habitaciones en penumbra. Un oficial le puso suavemente una manta sobre los hombros. Les di

heredera desaparecida de los Garza había sido

de la pequeña sala de inter

Al

mente impecable, estaba arrugado, su rostro marcado por el agotamiento y la incredulidad. Detrás de é

u mundo. Los dos ho

un abrazo feroz, s

a. Dios, e

ante ella, su voz ah

jamos de buscart

de Alana, gotas calientes de aliv

z ronca-. Era un complejo, una a

a a los monstruos que la retuvieron. Empezó a darle al oficia

una mano en el brazo

mos de aquí. Ya estás a salvo.

cambiando del alivio a una es

nuestra gente se encargue. No hay necesidad de involucrar...

concierto l

que arrestar

o, una voz suave vi

¿Andrés? ¿

una muñeca frágil con su sencillo vestido blanco, sus manos entrelazadas nerviosamente. Brenda, la huérfana

Alana -dijo Brenda, con la voz temblor

o. Un recuerdo, nítido y brutal, cruzó su mente. Una habitación oscur

jo que te tratáramos bien. Brenda quiere

o, dando instruccion

us pulmones. Su mano se disparó, su dedo tembl

ist

ión quedó

ndo sin control-. Escuché su voz. El

dureció. El ceño de André

-El tono de Camilo ya no era d

aron de lágrimas. Se encog

do. Alana,

desgarrando su garganta-. ¡Ella lo

ó, su postura protectora ahora dirigida a Brenda-. Alana, has

un pequeño y mugriento trozo de tela en su mano, arrancado de la ropa de uno de sus capto

azo de prueba tangi

tar físico. Lo miró, luego miró el rostro de Brenda bañado en lágrimas. Sin decir una

irando, con el c

é hi

Se volvió hacia el desconcertado oficial-. La llevaremos a

al horrorizado de Alana, y finalmente solo a

cabeza. La traición era un abismo

n los ojos llenos de decepción-. Mírate. No eres la misma. Vuelves y ataca

al impaciente de su prometido. No estaban viendo a una so

echo. Las lágrimas se detuvieron. El tembl

, su voz baja pero firme-. Y h

era. La heredera mimada que recordaban estaba

sus palabras resonando en su memoria. Cada vez que la devolvían, el castigo era peor. Le rompían los hues

florecía en su pecho a

en los brazos de Andrés. Luego se posó en Camilo,

por la frustración-. Brenda no ha hecho más que cuid

upió Alana, las palab

, sus dedos clavándose en el hueso-. Desapareciste por cuatro años, ¿y así es c

ro no fue nada comparado con la agonía en su corazón. La

ue me lastimó!

s la

de una v

¿Una niña? Había sobrevivido a horrores que él ni siquiera podía imaginar. Había salido

argo, aquí estaba, siendo castigada. Su lucha por la justicia es

a y dolorosa as

bien -

e suavizó ligeramente an

ana

a suave, un bálsamo venenoso y tranquilizador. Tomó suavemente su

o tenía límites estrictos con otras mujeres. Apenas toleraba los abrazos amistosos. Ahora, dejaba que

Brenda era la enemiga. Y esta red de tráfico, ya fuera Bren

no podía luchar contra ellos ahora. No así. Ellos tenían tod

voz desprovista de emo

un doloroso recordatorio de una vida que ya no existía. Él solía traer a sus chefs favoritos de todo el país solo para cocinarle una sola comida. Había cancelado tratos mil

ro de su universo. Ahor

as de su cuerpo palpitaban,

onfortantes. Su presencia llenaba el coche, haciendo qu

Alana abrió la puerta, desesperada por aire. Se apresuró a

abían desaparecido, reemplazados por un gris minimalista y frío. Los muebles eran diferentes. Una colonia de hom

acercó p

s de... bueno, podemos preparar

a mezcla perfecta de dulzura y martirio-. Alana puede tener mi habit

reció sor

habit

nrió con

mos sus cosas all

Brenda con una expresión de profundo afecto-. Esa e

acia Alana, su to

. Brenda se va a Londres pronto para la universidad. Pue

los ojos de Brenda antes de que se o

os vacíos. Él vaciló, un atisbo de culpa cru

oz plana. Solo quería estar sola. Quería encontrar

tiende -dijo C

hacia la habitación donde guardaban muebles viejos y cosas

olvorienta. Las cajas se apilaban ha

ptop sobre una pila de cajas. Su vieja

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