ada. La oficina estaba en el piso treinta de un rascacielos de cristal con vistas a t

n de sus bienes. "Quiero solicitar el divorcio", afirmó con voz tranquila. "Necesi

on simpatía profesional. "Por supuesto, señora Santos. Podemo

etuvo en una pequeña cafetería y compró una sopa de pollo con fideos y un té caliente, el que le gustab

la puerta, vio a Aria sentada junto a la cama del hombre. Intentaba darle de comer sopa, pero sus movimi

ó Aria, limpiando el desastre con

pero suave. Luego le secó una lágrima

El médico dijo que haber inhalado tanto humo fue muy grave. P

l. "Valió la pena. Mien

doración. "Siempre quisiste ser neurocirujano. Renuncias

espondió: "No renuncié a él. M

ndida. "¿Qué quier

cabeza. Estuviste inconsciente casi un minuto. Nunca había tenido tanto miedo en mi vida. Ese fue el día en q

notó, ya que las palabras que acababa de escuchar resonaron en su cabeza co

... No tenía ni idea". Luego se arrojó a sus br

como si intuyera algo. Sin embargo, después la abrazó con fu

pezó a nublar la visión. Conmocionada, se dio la vuelta y se alejó con pasos si

su esposo, el doctor Evans. Este se acercó con prisa y una pila de arch

spondió ella co

. Le puso una carpeta de manila en las manos. "Son los documentos

a, confundida. A Blake le enca

Sacrificar su propia investigación... pero dice que es por alguien import

ulo, agarrando la carpeta. Cuando la abrió, le temblaban las manos. Adentro estaba la carta o

a Whitfield. Se quedó en shock: Aria no solo era el pasado de su esposo, sino también su futuro. Toda su vida giraba en torno a Aria. Se h

ertificado de matrimonio, algo prov

r ese hombre tan brillante y dedicado. Pero ahora se daba cuenta, con una claridad repugnante, de que incluso ese momento le pertenecía a Aria

r y marcó un número al que no había llamado en años. Bridget Kelly, su mejor amiga de la escuela de a

segundo timbrazo. "¿C

ente firme. "¿Recuerdas ese estudio de arq

voz de su amiga, llena de emoci

. Hacía tiempo que no sonreía. "Voy a de

mpezaré a buscar un local! ¿Algo en Boston, cer

icios que una vez había soñado diseñar. "No, Bo