rido el accidente. Lo renovaron y lo volvieron a abrir. Señaló l
este, Blake", dijo con nostalgia. "U
s altos, ladrillos a la vista y una lámpara de cristal en
acuerdas de eso? Lo dije cua
ridad de su voz fue como si le hubieran pe
l menú y lo ojeó con facilidad. "Tomaremos las vieiras
rías preguntarle a tu esposa qué le gustaría comer". Lo dijo con un aire de dulce preo
e volvió hacia Caroline y le pasó el men
e ella preparaba todos los días y ni siquiera sabía lo más básico de ella. Se sintió tan humillada que casi no podía respi
nsa. De inmediato, se levantó y sal
escapar del peso de esa historia a la que no perte
el baño", dijo esta con voz e
o se porta conmigo. Se acuerda de cada pequeño detalle sobre mí. Ni siquiera sabe cuál es tu comida favorit
rdad que Caroline ya sabía, pero oírla dec
arrera por mí. Se metió en un edificio en llamas para salvarme. Está
aredes se cerraran sobre ella. "¿Qué quie
mío. Siempre lo ha sido. T
hacia arriba y vieron el enorme candelabro de techo, que sustitu
al candelabro cayendo. Después de una fracción de segundo de vacilación, se abalanzó sobre Aria, la rodeó con sus brazos y la jaló hac
e dolor y quedara en tinieblas fue a Blake, de espaldas, sujetando
e irradiaba desde el abdomen. La habitación estaba vacía. No había flores, ni un marido preocupado: estaba sola. En ese momento, entró una enfermera con el rostro
elto en un paño de seda, estaba el diario negro. Encontró un bolígrafo. Aunque le dolía la mano, escribió con determi
aderno. "¿Qué es eso?", preguntó, intrigada. "Es un diario de puntuación de mi matr
os ojos muy abiertos. "Guau, ya casi
ke. Se veía cansado y desaliñado. Se notaba qu
", preguntó él, mirando el diario ab