img Incendiar su mundo: La furia de una esposa  /  Capítulo 2 | 15.38%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1096    |    Actualizado en: 14/10/2025

Elizon

amo de lirios, su aroma fúnebre llenando la pequeña habitación. Tenía lo

o siento -comenzó, su voz un susur

ana y vacía de emoción-. ¿Que una mujer desangrándose co

aba de pie a su lado de forma protecto

mirada fija

na y otra vez. Las enfermeras

r, Isabella dio un paso adela

Mi ansiedad... tengo un botón de pánico especial que marca directamente a

eía. La amarga ironía era un sabor físico en mi boca. Años atrás, él había sido mi contacto de emer

ado a mí y a nuestro hijo -dije lentamente, dejando que cada palabra aterrizara-, tú

apretada-. Lo compensaremos. Una vez que tú y el bebé es

verme en la cama y un dolor agudo irradió desde la incisión de la c

acercarse a mí, pe

o me t

ro se e

ella ya se disculpó. Estoy

voz elevándose-. Quiero saber por qué le has dado una llave y un botón

pacio-. ¡Y es una joven con problemas que me admira! Tus acusaciones son insultantes y sin fundamento. -R

El mundo se inclinó sobre su eje, una sac

la manipulación, colocó una mano

o. Está hormonal. Es comprensible. -Volvió sus ojos de cierva hacia mí-. Qui

a brillante.

ninguna parte. Esta es tu casa por el tiempo que la necesites. -Luego fijó sus ojos fríos en mí-. E

retó con seguridad y la sacó de la habitación, dejándome

día en que lo mencionó por primera vez, hace solo dos meses. Estábamos en la cocina,

brazos por detrás, su barbilla descansando

nto difícil. Una mala ruptura, una ansiedad paralizante. El senador pensaba que

piz flotando sobre el papel-. Con el bebé en cami

caría mucho para el senador. Su respaldo podría ser lo que nos haga ganar la e

familia. Una pequeña inconveniencia por un bien

da, casi tímida, hasta que los de la mudanza se fueron y Ricardo es

cardo tiene un gusto maravilloso. -Hizo una pausa, su mirada posándose en mí, aguda y eval

obre mi vientre hincha

Alguien que no lo frene con... cosas domésticas. Un hombre como Ricardo tiene un destino. Tiene

una expresión dul

migo que nunca ha sentido con

illa de duda plantada en los cimientos de mi matrimonio. Una hor

coincidencia. Sus palabras, su presencia, el estrés que había infligido deliberadamente.

olo una esposa hormonal y afligida. E

rdad, sin importar

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY