Instalar App
Historia
El secreto de mi prometido: Una traición el día de la boda

El secreto de mi prometido: Una traición el día de la boda

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1790    |    Actualizado en: Hoy, a las 22:01

que mi prometido, con quien llevaba siete añ

secreto de nuestro hijo. Luego, mientras est

ano y corrió hacia e

cial -el que yo le enseñé a hacer- en nuestro departamento. Estaba seguro de q

por teléfono mientras yo estaba en la

juego y que nuestro bebé

y un ramo de lirios. La sonrisa se borró cuando me vio, pálida en la cama del hospital,

ítu

ista de Ev

do de siete años había guardado un memo de vo

lado del mío. Nuestra organizadora de bodas, una mujer frenética con una tabla de apuntes y una expresión de estrés perm

lar de Alejandro? Quizá a un hombre sí le conteste -me ha

contraseña era mi cumpleaños. 1408. Siempre lo había sido. Una cosa pequeña y tont

uperior. Limpio. Normal. Pero mi dedo se resbaló cuando iba al registro de llamada

sus favoritos, como un recuerdo atesorado. La foto de contacto era una selfie de un

re se m

mpaña, de repente se sintió sin aire. La charla alegre de mis damas de honor se

né rep

a como una risita, llenó el silencio de mi mente. -Alejand

iéndolo de azúcar y sugestión- hizo que se me revolviera el estómago. Era íntimo.

a mirada, una extraña en una nube de tul y encaje blanco, su rostro una máscara de incredulidad. Los aretes de diamantes que Al

encia calculada en su tono desmoronaba otra pieza de

i dama de honor, Sofía, desde

gué con la cabeza, mis o

sonrisa era tan brillante que cegaba. Era el chico de oro, el carismático litigante de Polanco que podía e

u sonrisa vaciló. -¿Evelyn? ¿Qué

rostro. Por una fracción de segundo, vi el pánico parpadear en sus ojos antes de ser reemplazado por una máscara de

como piedra pulida. Intentó to

imité el tono susurrante, y el sonido fue tan feo en la habitació

tro razonable y tranquilizador que usaba cuando trataba con un cliente di

oritos? -Mi corazón martilleaba contra mis costillas, un pájaro frenético

ndo los míos-. Y te amo. Esto es solo... un ca

blando-. Y le dices que la van a transfer

quipo. Evelyn y Alejandro. Alejandro y Evelyn. Habíamos construido una vida, un hog

a alegría secreta floreciendo en mi pecho. Un bebé. Nuestro bebé. Iba a decírselo en nuestra luna de miel en I

do difícil pero él estuviera dispuesto a complacerme-. Está bien, Evelyn. Haré que Recursos Humanos la mueva al departamento de

. Borró la nota de voz, sus movimientos rápidos y practica

se había

e me llevaba por el pasillo, mis ojos no estaban en e

n un vestido un poco demasiado ajustado, un poco demasiado corto pa

o, los ojos de Camila se encontraron con los míos. Un destello de triunf

ado. Se llevó la mano a la frente y sus ojos se pusieron en blanco. Se desplo

a la multitud. La gente come

mirando a ella. Estab

el suelo. -¡Camila! -El nombre salió de su garganta, un sonido crudo de pánico puro que no

ó mi

ó a mo

ina lana de su traje. -Alejandro, no. -Mi voz er

a a medio camino por el pasillo. -Necesita

ilia. Deja que alguien más se encargue. -Mi agarre se hizo más fuerte-. Si

el corazón, pensé que había entendido. Vi un destello del hombre que am

esvió de nuevo hacia

-dijo, su

uno por uno. El gesto no fue vio

go se

lejos de mí, lejos de nuestra boda, lejos del

tambaleándome. Me balanceé, el m

ue me robó el aliento. Sentí como si mis entrañas se estuvieran retorciendo en un nudo

ó como un sudario de plomo, aplastándome, sofocándome. "Eres lo más hermoso que he visto en mi vida

ás. No había visto el dolor en mi

aba sus fines de semana de excursión y corriendo medios

en el altar, porque su p

ó, una puntuación cruel y vicios

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY