ista de Ev
e consentimiento para la interrupción del embarazo era un
a corbata aflojada. Parecía cansado y estresado, pero cua
e estado buscando por todas partes. ¿
s contra mi pecho, tratando instin
eso estás aquí? Evelyn, esto se está volviendo ridículo.
i voz goteando un sarcasmo que no sabía que poseía-. Sí, Alejandro, eso es. Después de que me abandonaste en nuestra boda, mi primer pensamient
avergonzado. La acusación murió en sus labio
n paso vacilante hacia mí, su mano extendida como para tocar mi brazo. S
u mirada fija en el membre
ostro pálido y demacrado. Pasó junto a mí y abofeteó a Alej
rabia-. ¡Tu padre... casi se muere! ¡Por tu
. ¿Les dijiste? ¿Corriste hacia ellos con alguna versión retorcida de lo que pasó para hacerme quedar mal? -Su voz bajó, cargada de veneno-. No podías soportarlo, ¿
Incluso ahora, su principal preocupación e
je, mi voz apenas un susurro. El peso
s mejores despachos de la Ciudad de México. La gente confía en que tienes buen juicio. Que mantienes un cierto código d
un nervio. No había atacado su corazó
voz temblorosa-. ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste h
staba tan acostumbrado a que ella fuera su más firme defensora, la que no
propios años de apaciguarlo, de suavizar las cosas, de poner excusa
rriendo hacia un accidente de coche o alguna otra catástrofe inevitable, n
a foto que Camila había enviado. Su mano en su brazo. En su co
moteado. Abrió la boca para disculparse, para
iento mucho... ¿e
ida preocupación. Apretada un bolso de diseñador contra su pecho, luciendo como un pájaro perdido y frágil. Dirigió su
ima trazando un camino perfecto por
recía a punto de
oniéndose frente a Camila como para pro
chando? ¡Esta es la mujer con la que te vas a casar! ¡Est
Leonor -dije, mi voz in
-No, no lo está -dijo, como si fuera su decisión-.
toy? -p
estoy manejando la situación con Camila.
tico, como un gatito her
itantes comienzos de la vida dentro de mí, una vida cuyo padre e
-pregunté, mi tono conversacional-. ¿A l
o -dijo, inflando ligeramente el pecho, orgulloso d
n. Mantenerla en el mismo edificio, a
s vestigios de mi amor de siete años
ción! Es una buena pasante, tiene una familia que mantener, ¡no puedo
arrera de ella. Pero acababa de det
. Él mismo la había dibujado en la arena.
a. Cansada de la pelea. Cans
zón -dije
entáneament
-. Y he decidido que no quiero estar en una relación qu
irándolos para que pudiera leer l
Embarazo: Consenti
eración, procesó la información. El color, la ira, la arrogancia, todo se desvane

GOOGLE PLAY