vista d
enciar mis reacciones explosivas. Esperaba que una botella v
Dahlia estaba oc
a preparado. Rodeé el mostrador y puse una frente a Graci
oración genuina, casi infantil, mientras miraba a Bruno-. Tien
la taza a
sus ojos nunca apa
da de un doble sentido que solo yo podí
nció el ceño
ada profunda y devoradora que se sentía como un toque físico. Era u
tos de Bruno. Hombres jóvenes con trajes caros, sus rostros enrojecidos por el alcohol y el d
ando vueltas, esperando las sobras. Habían visto nuestras peo
luego miraron a Carlo
a su mesa. Mientras me acercaba, se estremecieron, uno d
de mi guerra con Bruno siemp
ró uno de ellos a Carlos, sus ojo
un largo sorbo de su bebida. Sabía que es
y me di la vu
ano se disparó y me agarró del brazo-. ¿Podrías tomarnos una
fectamente cuida
e, mi vo
adelante. No me tocó. Simplemente sacó su carte
o, Dahlia. Tú me lo
earan de sus dedos, una cascada verde que aterriz
nó, su voz cargada de esa f
do en el linóleo gastado. Luego, lentamente, me a
, su voz goteando falsa simpatí
lletes arrugados apretados en mi puño-. No me está ofreciendo din
hienas solt
r el precio correct
dejé t
la corbata, tirando de su cara hasta mi nivel. Le metí el fajo de bill
ertí el líquido caliente por su garganta, obligándolo a tragar el café mezclado con di
la cara de la hiena que se reía en una bofet
-siseé, mi cara a centímetros de
el único sonido era el incesante tambo
y lento sorbo de su taza, com
romper el silencio, su vo
mplemente golp
abofeteé también. Fuerte
ancha oscura de café en su impecable camisa blanca. Un
roneo de deleite-, esa es
e llenaban de lágrimas mientr
? -preguntó, su tono engañosamente suav
máscara de shock y odio puro. Asintió, u
no se ensanchó. C
les dijo a sus
eron. Dos de ellos salieron a una camio
hicieron agujeros en las paredes de yeso. El sonido de la madera astillándose y el vidrio rompi
eño café era un desastre, un mon
contra una pared en ruinas. Me tomó la cara en
odo. -Se inclinó, su voz un susurro caliente contra m
Tropecé entre los escombros, mis ojos buscando mi bolso.
os torpes con el cierre. V
a, su expresión d
eso? ¿V
ano y lo arrojó casualmente a un gran ch
sus ojos. Pasó un brazo alrededor de una Graciela sol
las ruinas de mi vida, la ll
el frasco del agua turbia. Giré la tapa y me tragué un pu
ra necesario. En la última semana, desde que él había re
suficiente. Nun
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