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ro se construyó sobre la promesa de que me casaría con Dante M
lan. Iba a desecharme por otra mujer, Isabella, y por
dadera reina. Cuando un candelabro de cristal cayó del techo, usó su p
rla, hundió mi cabeza en el agua helada de una alb
on un aroma que creía que era el mío. Todo era una mentira: un perfume personalizado que Isabella había
ferta de mi hermano de escapar al territorio rival de los Garza. Mientras nuestro jet privado se prepara
ítu
vista d
imiento de mi mundo. Pero en la víspera de nuestro compromiso, de p
tavo cumpleaños. Pero un extraño aroma me detuvo en la puerta. Un perfume barato y el olor em
voces. La suya y la
murmullo grave-. Cuando presente a mi verdadera famili
o? -pregun
ce lo suficiente a ella. Lo haremos pasar por nuestro.
nte me aniquiló. No fue un sonido. Fue una sensación, un gruñido vicioso que se d
a tener a una virgen paté
ndo el suelo de mármol con un crujido repugnante. Adentro, la escultura de dos figuras entr
dios vengador. Los había eliminado sin una pizca de emoción. El olor de él -cuero y acero frío- había llenado mis sentidos mientras presionaba un pedazo del rosario de su madre
la idea de él, el futuro Capo de la Familia Moreno. Yo era la prometida perfecta, de un linaje r
no fue una punzada aguda. Fue algo frío y pesado que se instaló en mis hueso
gran hacienda y hacia la noche lluviosa. Las gotas frías empaparon mi vestido delgado, pero
tes y saqué mi teléfono. Mis dedos temblaban mientr
lo necesitaba u
ra. Una n
e... al territorio de los Garz
ero. Me había ofrecido una ruta de escape hacía semanas, una "visita" a nuestro
, mi cuerpo adolorido. Mi teléfono
nunciar a mi mujer elegida y a mi h
ra una orden. Una degr
biendo una respuesta que sentí com
mi
había dado una vez. El libro de poesía. Uno por uno, los alimenté a las llamas.

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