vista d
n su mundo pasaba por un gesto de "que te mejores". Yo estaba en mi teléfono, enviando un
os Garza. Diez d
e Dante cay
voz baja y cargada con la sospecha
teléfono, componiendo mis faccio
umbencia, mi Capo -dije
a que no estuviera peleando, gritando, suplicando. Dejó
ca -gruñó-. Y
peso y sofocante. Esperaba que me quebrara, que dijera algo, pero permane
hacia el salón princi
s manos y luciendo ingeniosamente angustiada. Dante soltó mi
sa? ¿Est
l piso principal, comenzaba a rodar, ganando velocidad. Se dirigía directamente hacia una gran fuent
elo de piedra. Una nueva ola de dolor abrasador me recorrió l
e triunfo en sus ojos antes de
rías cargarla -s
siquier
ró, su voz plana. Me dio la espalda, alejándose c
inclinó, su voz un susurro t
Ahora dime, ¿escuc
antes de que se enderezara y diera un paso deliberado hacia atrás, su tacón enganchándose en la nada. Con un jadeo teatra
chilló Isabell
Sacó a una Isabella empapada de la piscina, sus ojos a
e la piscina. Mi corazón martilleaba contra mis costi
ugar en el
e los pulmones. El pánico arañó mi garganta mientras me mantenía abajo, su mano
ó a través del agua, a través de mi alma-. Y te despojaré de tu apellido
mundo un borrón acuoso y distorsionado. Luego, me empujó más profundo, y m

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