ista de So
labios. Tosió, un torpe intento de cubrir el desliz. -Un proyecto
ulgares frotando círculos tranquilizadores. Era un gesto q
oz bajando a un susurro conspira
, a la elegante habitación, al papel tapiz con patrones de pájaros
erta del armario. -Es solo que... un vestido de novia, sin el v
r. El que usaba cuando yo estaba siendo "demasiado emocional"-. Sofía, mi amor, vamos. Es solo por un día. Lo tendrás
la funda del vestido, mis dedos tra
vestido, esta cosa hermosa y profanada, nunca tocaría mi piel. No caminaría hacia el altar con una pr
crueldad, y yo era su única y cautiva espectadora. Fue meticulosa, publicando una cuenta regresi
boloñesa, una botella de vino tinto. El pie de foto: *Dijo que nunca ha cocinado para ella. Ni
ar. En nuestros diez años juntos, nunca me había preparado
teniendo la mano de Daniela. Él estaba besando la simple banda de oro que ella llevaba en el dedo anular derecho. *Mi único y ver
avalancha de lástima por
a él en cuatro días.
necesita dejarlo ir. Si ama
absorbiendo, esta validación de extraños alimentando su n
a mi mejor amiga de esta man
ro entonces, apareció un nuevo c
uizás necesita que le ocurra un pequeño accidente en esa
eramente escalofriante fue que, unos segundos después d
os_de
" a un comentario que sugería que alguie
ayendo en un agujero negro. Esto no era solo una traición nacida de la pasión o los cel
ué no romperme el corazón con la verdad? ¿Por qué esta tortura elaborada y pública
igieron la forma más vici
ujano antes de una operación compleja. La calma de un
blicación. Cada foto. Cada comentario malicioso. Cada respuesta aduladora. Guardé ca
ros. Una foto de hace un año, un viaje de chicas a Tulum. Ella reía en un balcón, con una bebida en la mano. En el reflejo de la puert
ese momento, pensé que estaba hablando de un trabajo que odiaba. Ahora me daba cuenta de que e
ado como nada. Una broma interna compartida. Una mirada prolongada. Una excusa que no cuadra
mo de redes sociales dirigido, habría caminado hacia ese altar. Me habría casado con un hombre que
siva para la
ponía que Adrián estaría allí. Entró, me besó en la mejilla, y luego su celular vibró. Lo miró, y un
jos todavía pegados a su teléfono-. Te
egunté, mi
ligeros y ansiosos. -Esta es un
, mi voz detenién
sión impaciente.
-dije, sosteniéndola-. Es impo
puedes con esto. Eres mejor en estas cosas que yo
go se
có con una venganza. Era un dolor profundo y punzante que me transportó a una
la defensa del taxi contra mi pierna. Recordé el rostro de Adrián, pálido de terror, mi
cadera destrozada. Pero lo único que veía era el terror en

GOOGLE PLAY