el silencio de la oficina de Martín. Miró la pantalla, y su e
eunión, pero hay alguien más con él
Valentina. No había pensado en ella durante meses, y, sin embargo, ahora, su nombre estaba de nuevo e
vancia en el mercado. Martín conocía a Ledesma, uno de sus contactos habituales en la industria, y sabía que los negocios en los que Valentina estaba
profesional, centrado, pero no podía evitar que su mente viajara al pasado. Valentina. La mujer que había sido su primer amor, la mujer que lo
ora más corto, estaba recogido con elegancia, y su vestimenta, un conjunto de pantalones de alto rendimiento y una blusa de seda, la hacía destacar entre los demás. La Valen
conocimiento cruzó sus rostros, pero no había ni una sonrisa ni un saludo cordial. En lugar de eso, lo miraba con una mezcla de seguridad y... algo más. ¿Sería resentimien
. "Es un placer verte de nuevo. Hace mucho tiempo q
cia ella y, al hacerlo, se dio cuenta de cuán surrealista era esa situación. Las palabras de Valentina seguían resonando en su mente: "H
día a lo que sentía por dentro. "Qué sorpresa. No esperaba verte aquí, pero supongo
labios, algo entre una broma y una ironía que lo hizo sentirse incómodo. Había algo en la forma e
s, la reunión continuó con una profesionalidad casi palpable, mientras Valentina tomaba la palabra cuando era necesario, explica
na que él había conocido, pero ahora se sentía más calculadora, más distante. No era la joven que se había ido sin más explicacion
raído, luchando contra el torrente de pensamientos que surgían en su mente. Cada palabra de Valentina parecía abrir una pequeña puerta en
ón había sido profunda. Ella se había ido, sin más, sin explicación, dejando a Martín con el corazón roto y con la sensación de que había algo qu
rofesional, pero por dentro no podía dejar de sentirse perturbado. Valentina estaba allí, ocupando su espac
e los dos lo mencionaba. Valentina se mostró tan profesional como siempre, agradeciendo la oportunidad de trabajar con Vidal Corp, y asegurando
ya casi estaban a punto de sal
sos como siempre, lo miraban fijamente. Fue un instante breve
una ligera amargura en su tono. Como si algo más estuvi
e parecía quedar suspendida en el aire. Valentina asintió, hizo un gesto de despedida con
ncluso algo de miedo. Había algo en Valentina que no podía quitarse de la cabeza, algo que le había dej
cómo apagar. ¿Qué quería ella ahora? ¿Qué había cambiado en estos años? Y, lo más importante, ¿cóm
a seguía apareciendo en su mente, como una sombra al acecho, record

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