/0/21012/coverbig.jpg?v=f2c1799bfbab54d71f581484f54a403e)
Bienal Nacional de Arquitectura se hizo viral, por fin me llamó. No para felicitarme, sino pa
ción. También era ella la que le susurraba al oído durante
Pero la verdadera pesadilla comenzó cuando Brenda me envió un video de el
a foto de su c
n un cenicero de cristal. Carlos, el hombre que alguna vez amé, me empujó para al
la. Siempre la
e Apolo en mis brazos, hice un juramento. Haría q
ítu
Perspe
rosas ante mis ojos. Ganadora. Esa única palabra se sentía imposiblemente pesada, imposiblemente ligera. Mi diseñ
compartir esta alegría explosiva. Tomé mi celular, mi pulgar flotando sobre su contacto. Pero entonces, se
pinión. "Se ve bien", había tecleado, nada más. Dos días después, un meme tonto que pensé que lo haría reír. Sin respuesta. Luego
madas sin respuesta que finalmente dejé de hacer. Siempre estaba ocupado, siempre con Brenda, siempre lidiand
cía una eternidad. Cada una comenzaba sutilmente, una llamada perdida, una promesa olvidada, y luego escalaba a días de silencio ten
dolor hueco, una profunda indiferencia. No quería decírselo. No me importaba si lo sabía. La revelación m
antasma de nuestro pasado compartido, y abrí una nueva aplicación. Instagram.
al. La luz de la ventana iluminó mi cabello, haciéndolo brillar. Me veía bien. Me sentía fuerte. Escribí una descripción
¡Felicidades, Elena!". "¡Qué orgullo!". "¡Una inspiración!". Cada notificación era un pequeño bálsamo, aliviando e
tiquetado a Carlos Mack en mi publicación. Su comentario decía: "¡Dios mío, Carlos!
a para agitar las cosas, para afirmar su presencia en nuestra relación en decadencia. Pero antes de
frenético. Respiré hondo, preparándome. Esta no iba a ser u
del teléfono, aguda y cargada de furia. No era el tono em
esprovista de emoción. La sorpresa, la ira, nada de eso era lo suficientemente
mí primero?". Escupió las palabras, cada una como una daga. "
as, semanas incluso. ¿Pero esto era vergonzoso? "No me has contactado en cinco días, Carlos", dije, mi voz peligrosam
punto es que soy tu novio! ¡Tu novio de años! ¡Esto es enorme! ¡Debería
"Qué conveniente. Tal vez si pasaras menos tiempo con ella y más tiempo con tu no
tratando de hacerte quedar mal...". La voz de Brenda, empalagosamen
e Brenda. "Ella también piensa que es raro. ¡Estás tratando d
mporta. No te ha importado nada de lo que he hecho en meses. Estás mo
es ponerme a mí primero! ¡Esto es una falta de respeto total! ¿Qué clase d
ir tu alegría conmigo". Esas palabras, un eco distorsionado de su acusación actual, solían herirme profundamente
finalmente brotando de un lugar de profunda y hel
estado su ira. El silencio pesaba, preñado con el peso de mi decisión f
ndo inocencia esta vez, cortó el silencio. "¿
a a él, con los ojos grandes y húmedos como un pajarito asustado. Ese acto
me. "Todo está perfectamente bien. De
que finalmente estaba cerrando. El peso de ello, la verdad de ello, se asentó sobre mí. Se sintió como un alivio y un aterr

GOOGLE PLAY