echándome agua fría en la cara. La imagen de la sonrisa de Brenda, la forma en que sus ojos se habían demorado, ardía en mi mente. Fue una invasión sutil, pero potente. Me dije a mí mi
a pierna apoyada en un cojín. Brenda estaba sentada justo frente a él, al otro extremo de la mesa, enfrascada en una conversación baja e ínti
on nosotros, y mucho menos habría empezado a comer antes
rmenta que se gestaba dentro de mí. "¡Brenda hizo risot
Brenda. "Brenda", dije, mi voz calmada, casi peligrosament
os, mostraron un destello de sorpresa. "Oh, disculpe, señorita Valdés. Supuse que se sentaría en
rtamente no en la mesa principal". Señalé vagamente hacia el pequeño y discreto desayunador junto a la cocina, donde María comía sus
enda ha sido tan amable, ayudándome con todo. Le dije que podía comer
a bajado el tenedor, su rostro una máscara de ligera indignación. "Pero los límites profesionales
do, señorita Valdés. Solo seguía la
r favor, muévete al desayunador. Y la próxima vez, asegúrate de q
"Ale, vamos. Es solo una cena. No
oy haciendo un alboroto, Bruno. Estoy
la madera sobre el azulejo resonó en la habitación repentinamente silenciosa. Levantó su plato. "Muy bien, se
iento acababa de surgir, una ola fría que barrió la ira anterior
espaldas a mí, con un toqu
. Almendras, nueces de Castilla, pacanas: un solo rastro podría enviarme a un shock anafiláctico. María lo sabía. Todos lo
cuidadoso. "Oh. El señor Serrano dijo que a usted le encantan los piñones
mi lista prohibida. Mi estómago se revolvió. "¿Él dijo eso?", preg
s específicas, mi amor. Solo dije que te encantaban las nueces en general,
, ahora parecía un asesino en potencia. Vi los diminutos piñones dorados esparcidos generosamente sob
pequeña porción del risotto en un plato de acompañamiento y caminaba hacia el bote
¡Ale! ¿Qué est
Regresé a la mesa, tomé todo el tazón de risotto y vacié tranquilamente su contenido en el
floja. Brenda parecía un venado atrapado por los faros de un coche, su compostura cuidadosamen
ir finalmente Bruno, su voz tensa de ir
saqué la silla y me senté. Mi apetito se había
o una mueca de dolor por su yeso. "¿Qué t
lergia mortal. Lo que pasa es que tu cuidadora temporal, después de que le dijeran mis 'preferencias', se las arregló para incluir dos de mis alér
o. Brenda, mientras tanto, se había es
gando el tenso silencio. "Se me fue el apeti
partamento que mantenía cerca de la oficina principal de la firma, una inversión práctica, un refugio tranquilo para las noches larga
casi de inmediato. Un aluvión d
ué fue t
avor vuelve a c
o, te lo juro. Bren
siente vac
iado para entrar, me habría desgastado con sus disculpas sinceras y sus ojos de cachorro. Pe
rabajo. El proyecto de Chicago seguía siendo exigente, incluso a distancia. La dis
más largo de Bruno apareció en mi pantalla. Este era difer
cluso compré ollas y sartenes nuevos, solo para estar seguros. Extraño nuestra vida. Sé que estás ocupada, pero ¿podemos hablar de nuestro futuro? Los planes de la boda, la siguiente f
ar. Fotos de nuestros folletos de boda, abiertos en la mesa de centr
rtidas, el imperio que estábamos construyendo juntos... tiró de algo dentro de mí. Quizás, solo quizás, él entendía. Quizás
puesta: *Estaré en

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