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Historia

Capítulo 2

Palabras:1595    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:56

echándome agua fría en la cara. La imagen de la sonrisa de Brenda, la forma en que sus ojos se habían demorado, ardía en mi mente. Fue una invasión sutil, pero potente. Me dije a mí mi

a pierna apoyada en un cojín. Brenda estaba sentada justo frente a él, al otro extremo de la mesa, enfrascada en una conversación baja e ínti

on nosotros, y mucho menos habría empezado a comer antes

rmenta que se gestaba dentro de mí. "¡Brenda hizo risot

Brenda. "Brenda", dije, mi voz calmada, casi peligrosament

os, mostraron un destello de sorpresa. "Oh, disculpe, señorita Valdés. Supuse que se sentaría en

rtamente no en la mesa principal". Señalé vagamente hacia el pequeño y discreto desayunador junto a la cocina, donde María comía sus

enda ha sido tan amable, ayudándome con todo. Le dije que podía comer

a bajado el tenedor, su rostro una máscara de ligera indignación. "Pero los límites profesionales

do, señorita Valdés. Solo seguía la

r favor, muévete al desayunador. Y la próxima vez, asegúrate de q

"Ale, vamos. Es solo una cena. No

oy haciendo un alboroto, Bruno. Estoy

la madera sobre el azulejo resonó en la habitación repentinamente silenciosa. Levantó su plato. "Muy bien, se

iento acababa de surgir, una ola fría que barrió la ira anterior

espaldas a mí, con un toqu

. Almendras, nueces de Castilla, pacanas: un solo rastro podría enviarme a un shock anafiláctico. María lo sabía. Todos lo

cuidadoso. "Oh. El señor Serrano dijo que a usted le encantan los piñones

mi lista prohibida. Mi estómago se revolvió. "¿Él dijo eso?", preg

s específicas, mi amor. Solo dije que te encantaban las nueces en general,

, ahora parecía un asesino en potencia. Vi los diminutos piñones dorados esparcidos generosamente sob

pequeña porción del risotto en un plato de acompañamiento y caminaba hacia el bote

¡Ale! ¿Qué est

Regresé a la mesa, tomé todo el tazón de risotto y vacié tranquilamente su contenido en el

floja. Brenda parecía un venado atrapado por los faros de un coche, su compostura cuidadosamen

ir finalmente Bruno, su voz tensa de ir

saqué la silla y me senté. Mi apetito se había

o una mueca de dolor por su yeso. "¿Qué t

lergia mortal. Lo que pasa es que tu cuidadora temporal, después de que le dijeran mis 'preferencias', se las arregló para incluir dos de mis alér

o. Brenda, mientras tanto, se había es

gando el tenso silencio. "Se me fue el apeti

partamento que mantenía cerca de la oficina principal de la firma, una inversión práctica, un refugio tranquilo para las noches larga

casi de inmediato. Un aluvión d

ué fue t

avor vuelve a c

o, te lo juro. Bren

siente vac

iado para entrar, me habría desgastado con sus disculpas sinceras y sus ojos de cachorro. Pe

rabajo. El proyecto de Chicago seguía siendo exigente, incluso a distancia. La dis

más largo de Bruno apareció en mi pantalla. Este era difer

cluso compré ollas y sartenes nuevos, solo para estar seguros. Extraño nuestra vida. Sé que estás ocupada, pero ¿podemos hablar de nuestro futuro? Los planes de la boda, la siguiente f

ar. Fotos de nuestros folletos de boda, abiertos en la mesa de centr

rtidas, el imperio que estábamos construyendo juntos... tiró de algo dentro de mí. Quizás, solo quizás, él entendía. Quizás

puesta: *Estaré en

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