recién removida. Una ola de náuseas me invadió y mi estómago se revolvió violentamente. Jadeé, luchando por recuperar el aliento, el aire denso
i voz a ser firme, pareja. Mis manos aún tembla
oficialmente terminado. Con efecto inmediato. Y para que conste, puede enc
terminación de nuestra relación. Según el protocolo, espero una confir
r seguía ahí, un nudo denso de humillación y duelo, pero ahora era más agudo, bordeado con una ira desesperada y creciente. Sentí
do todo lo demás. Fue casi un alivio subir, estar protegida de las miradas curiosas, las miradas compasivas que se sentían co
escalar desgastada, una guía de viaje con las esquinas dobladas, una fotografía descolorida, era una herida fresca. Los guardé cuidadosamente en cajas, enviándolos de regreso a nuestra pequ
penthouse de Callen. Nuestro penthouse, solía pensar. El lugar
vado. El silencio era ensordecedor, el vasto espacio sintiéndose más frío y estéril que nunca. Mi corazón
la ciudad, dándome la espalda. Acababa de ducharse, su cabello oscuro aún húmedo, pegado a su nuca. La costosa bata de baño que llevaba colgaba suel
esto, una voz suave y femenina ronr
ías pasarme mi bata de
La voz era inconf
con los míos a través de la enorme habitación, un brillo depredador en sus profundidades. Sus labios, usualmente tan recatados, estaban hinchad
la superficie, explotó. Quería gritar, arrancarle la seda del cuerpo, arremeter contra Callen por
oz goteando hielo-. Lo siento m
un destello de algo triunfante en su expresión. La b
de la escena sofocante, respirar. Pero la voz
iró, su rostro una máscara de molestia-.
mi maldita bata, con un chupetón fresco que solo podía venir de él. ¿Cuánto más podía soportar? Un guion familiar se desenrolló en
tón de nuevo, crudo contra la piel pálida de Da
lo que pienso, Callen. Y no es un malentendido. Es una traición. -Mi mirada parpadeó hacia el cuell
su cuello. Daniella, sintiendo su incomodidad, de repe
nojes. Fue... un accidente. Un momento de debilidad. -Me miró
do. La inocencia fingida, la vulnerabilid
su voz fría, final-. Ella ha pasado por mucho hoy.
Y Daniella, la mujer que había destruido sistemáticamente mi relación con él, que acababa de ser atrapada en mi bata, con su chupetón, era "invaluable". Era demasiado. El aire
rro peligroso-. No lo creo. -Las palabras fueron como

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