llozos que había estado conteniendo estallaron, desgarrando mi pecho, crudos y descontrolados. Mis hombros temblaban, mi cuerpo sacudido por un dolor que se sentía demasiado grande para contenerlo. Er
llada. Mi hermano se había ido, mi carrera era una broma y el hombre q
esto más -susurré, las palabr
on justo afuera. Dos mujeres de la oficina. Reconocí sus voces. Sarah de contabilidad y... Daniella. Mi respiración se
comenzar su propia firma de consultoría. Y todos pensaban que Kinsley obtendría su
aguda, quebradiza, corta
use nunca la dejaría acercarse a un puesto de alta dirección. Especialis
¿Malagradecida? Apreté los puños,
ah, con una nota de confusión en su voz-. Escuché que incluso
la se
. ¿Sus evaluaciones de desempeño? "Adecuadas". ¿Sus bonos? Convenientemente "mal calculados" y redirigidos. -Su voz estaba cargada de un orgullo escalofriante-. No fue difícil. Unos pocos trazos
s suprimidos, los ascensos denegados, los bonos minúsculos. No era incompetencia. No era mi culpa. Era ella. Era todo Daniella. Durante ocho a
liciosamente. Me había visto ahogarme en el dolor y la desesperación, sabiendo muy bien que estaba luchando, y se había reído. La pura malevolencia de ello hizo qu
lameantes, mi cuerpo temblando con una furia tan potente que sabía a ácido de bate
hacerlas estremecer. Mi mirada se clavó en Daniella, su expresión petulante ahor
rse, sus labios torciéndos
ramática. No sé de
ioso, resonando en las paredes de azulejos. La cabeza de Daniella se echó hacia atrás, una marca roja brillante florecie
de repente cayó de rodillas, agarrándose la m
r favor, perdóname, solo estaba... estaba celosa! -Su voz era un s
repentino y dramático cambio. La actuaci
na voz fría y fur
é demonios está
s entrecerrados en rendijas furiosas. Daniella inmediatamente se der
a de atacarme! ¡N-no puedo creer esto! ¡Solo estaba tratando de hacer mi trabajo, tra
a levantó, acunando su cabeza contra su hombro. Su mirada, cuando
ejilla de Daniella, su pulgar acariciando suavemente la marc
u brazo, su cuerpo tem
e estaba celosa de su relación con usted. ¡Me acusó de todo! ¡No es justo! ¡Solo estoy tratando de proteger los mejores intereses de la empresa, y los suyos! -Se enterró más profundamente en su abrazo, su voz espesa con angustia fingida-. Sé que soy solo su asistente, pero me importa s
ía ver el músculo contraerse. Acarició el cabello de Daniella, un gesto de consuel
Te dije que Daniella es invaluable para mí. Ella maneja todo. Y tú, Kinsley, estás demostrando ser un lastre. Necesitas entender tu lugar. No vas a ser ascendida. Ni ahora, ni nunca. No tienes el temperam
cia social. Las palabras eran un eco amargo de sus crueles rechazos a lo largo de los años. Yo no era nada. Un ju
brotó de mi gargant
razón. Soy un lastre. Un lastre para tu ilusión de vida cuidadosamente c
ladas, cada una cargada con a
una asistente fría y migajas de afecto. ¿Crees que no veo lo que está pasando? ¿Crees que estoy tan ciega que no pude ver cómo ella estaba destruyendo s
imentada por una ir
mi propia sangre a casa a menos que alguien más pagara por ello! ¡Y tú te quedas ahí, abrazándola, consolándola, m
lideciendo, pero antes de que pudiera respon
, estoy cansado de tu drama. Estás despe
inada a aplastarme, en cambio se sintió como una liberación. Finalme
olso, sacando la carta de renuncia que había preparado para el Sr. Davies-. Considera esto mi aviso oficial. -Mi man

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