vista de
Ma
stian Blackthorne y corrió hacia mí
un abrazo con un solo brazo. Presioné su cabeza contra
do de innumerables maneras, pero al menos lo había
r -susurré en
n vendas y un cabestrillo. Entonces, su rostro se
su mirada. -Estoy bien, mi amor. -Presioné su cabeza co
ía pedido prestada a una enfermera y un es
má. -dijo con voz ap
é que lo harás, mi vida. -Este era un niño fuerte y hermoso, que me ama
eona interrumpió nuestro momento-. ¿
Antes, esta misma mirada me habría hecho disculparme a toda prisa para probar que era digna. Al mirarla a ella y a
e día había cambiado algo en mí. Era como si se hubiera activado
ngún rastro de energía y ya me habí
. -Despídete de tus abuelos,
ala gana de mi cintura y cam
osa, lo natural que era su afecto. En mi vida pasada, yo ha
do casi me
abuelos con un abrazo, lo tomé de la m
stas que me da
la entrada. Se encontraba de pie al lado del pasajero y lo observé
lo miró con adoración. Él le devolvió la mira
l estómago, pero de nuevo, solo hubo una sensación de
por
lo vi observando a Kieran y Celeste. Tenía una expresión vacía y l
él nunca la había visto. Me preguntaba si alguno de nuestros padres le había h
apartó la mano de su cintura. Una expresión fugaz cruzó el rostro de Kieran y debía
ía hecho a Kieran cuando menci
Celeste,
mentido él-,
illa de Daniel. -No, mi vida -también mentí
idea de que saliera lastimado de alguna manera. La relación tensa entre Kieran y yo e
mbros. Me había creíd
su mano pa
aludo a su padre. Yo seguí de largo, pero el peso de la
iente como para d
*
niel, tirando un edredón grueso sob
un incómodo baño con toalla con la ropa puesta, e incluso había metido un plato de macarrones con q
una co
los ojos un poco en blanco, se metió. Casi nunca dormíamos en la mism
estuviera viva, él sería mi bebé y siempre tendrí
do alrededor de su cintura y é
jo mi barbilla. -No
lizó un dedo sobre la venda sin pensarlo. -
Mm
o tenga a mi lobo, te p
cerré los ojos con fuerza para contener las
e y la indiferencia exasperante de Kieran. Diez años desperdiciados tratando de ganarme
ante, e
ombra saltó entre nosotros y unos brazos fuertes m
es pregunté por mi salvador: "¿Ah? ¿Ese Alfa?
es, había salvado a muchos otros lob
protegiendo a los débiles, más aún porque no lo conocía de ninguna part
algún día -Rocé las vendas de mi brazo con mis dedos-
*
emprano a la mañana siguiente. Resoplé en
ir acurrucado-murmuré. Estaba envuelt
emonio. Aun así, me arrastré hasta la cocina, tomé una
er panqueque en el plato cua
que también era inusual, considerando que acabábamos de mudarnos
Kieran
ma ante el pensami
rí la puerta, la risa
ontraba un hombre que nunca había visto en mi vida. No obstante, lo que me
cara y oscurecía sus rasgos. Como si notara mi incomodidad, se movió
un moño bajo, ojos azul oscuro como el cielo
saban en su brazo derecho, cubier
que me había s
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