vista de
ad no me
ensión bajo la superficie que
e pasara el jarabe y la mantuve cuando Kieran me pidió la mantequilla
a por mí nunca se extendiera hacia nuestro hijo. Así que, incluso s
nado todos juntos. Hacerlo ahora, después de divorc
los panqueques y huevos que yo había preparado con tanto entus
a prepararse para la escuela, rechazando mi ayuda. -¡Ya tengo
iera significado quedar atrapada en m
ato vacío de Daniel. Kieran también se movió,
una mirad
brazo herido -explicó, tomando mi p
caminar hacia el fregadero, pregun
utado una comida que yo le cocinara, que nunca
bían sido avisos fríos sobre cuándo llevaría a Daniel a re
su indiferencia, a ser un
quí estaba en mi cocina, lavando los platos como s
mesa de madera. Me hundí de nuevo en mi silla, observando la espalda de mi exesposo mientras
a, una versión de él que
n su metro noventa y tres centímetros, se elevaba sobre casi todo y todos. Además, su cuerpo estaba cubi
riente: la esposa cocinando, el esposo lavando, tal vez yo deslizando mis braz
é la mirada, sintiendo que mis mejillas me quemaba
arlo, aunque no era como si alguna
niño, poniéndose su mochil
risa y me levanté d
evaré a l
de aire mientras me giraba hacia Kieran. -Soy capaz de llevar a mi hijo
ro deberías descansar
nte los últimos diez años, Kieran apenas había reconocido mi e
Me rodeó la cintura con un brazo y yo, sin pensarlo, apo
ré. -
forcé a mí misma a
ió asintie
aba conciliar el sueño. Mi mente seguía llevándome a mi mañana llena de eventos extraños, hasta qu
fuerza. Dirigí la mirada al r
ión yacía en la mesa de
n la barra de búsqueda del nav
ad se despertó más y más a medida que leía. Había sido fundado hace diez años. La FDS había crecido con rapi
instalaciones y testimonios de lobos que se habían
da la información: era esperanza. Una sensación d
de la tarjeta a mi teléf
tado pensando y me encantaría
*
e -concluyó Lucian, agitando el brazo alr
mí misma, observando el
No nos habíamos molestado en ver el ala administrativa del edificio. "Son
Me mostró el Foso Central, una arena hundida con paredes de piedra natural para escalar y sal
ntención y meditación para ayudarles a controlar sus poderes. Ahí, había una intrincada pista de carrera
de musgo, zonas climatizadas y pozos de fuego
Todo esto hacía a Lucian Reed la persona más notable que jamás había conocido por
aire libre, reforzado con acero y obsidiana. Lucian me explicó que el suelo acolchado absorb
levantaban alrededor del perímetro, lo que permi
maginé a una multitud rugiendo, animando a la ge
sobre todo para seguir el progre
do esto es..
ca has estado en una instalación de en
ento por no tener una loba. Como era de esperarse, nunca había sido parte de las
s son diferentes a
omo estamos ubicados en territorio neutral, muchos lobos de otras manadas también vienen a entrenar
que mi esperanza crecía aún más. -Entonc
y amable. -Yo mismo t
n los ojos
ió a medida que estiraba mi cuello hacia atrás
rías algo así? Eres un Alfa, ¿no tie
risa. -¿Importantes? Sí. ¿Más imp
la opción menos importante para el resto,
untó-. ¿Lista para
aque de los renegados, pero mi herida había sanado bastante bien. Ya me habían s
volvería a estar en una posición vulnerable
jando salir el ai
*
lobos débiles y les hacía visitas a s
dor era un m
té una mano a medida que mis rodill
í. Sus botas de combate golpeaban el suelo a
cada una dividida por puertas corredizas de vidrio unidireccional donde se llevaban a cabo los
z era irreconocible: ahora era dura y sin
a medida que me doblaba y trat
ejercicios suicidas: sentadillas en la pared, burpees, gateo de oso, lagartijas, planchas y mi maldita perdición: caída y recuperación controlad
a mí y medio jadeé, medio gruñí.
éndome. Su máscara del entrena
a -confesó con la voz rebosante de orgullo-. Estoy
penetraba mis oídos y sentía como si tuviera el co
dio. -
o. -¿Entonces no quieres
a y rodé en el suelo, cayend
empapada por completo. Cada músculo de mi cuerpo gritab
mi cabeza, apoyando sus man
-me recordó-. Imagina lo fuerte q
o sus ojos azu
enalina me inundó. Me gustaba la idea
erda está
ó de golpe. Me incorporé como un resor
¡
ando el lugar donde habíamos chocado. -¿Estás
í.
ndo miré hacia la izquierda, en dirección al intruso,
alas de entrenamiento, se encontraba Kieran. Tenía
onios ha
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