Artea
beca: Programa de Restauración del Patrimonio, Universidad de Barcelona." Una ola
hacia Berenice, dejándome sola con mi incipiente sospecha. Había elegido
ación, mis herramientas de dibujo. Mientras recogía mis cosas, mi mano tropezó
. Fotos de los primeros meses, de mis intentos desesperados por conectar, sus sonrisas forzadas. La historia de nuestro matrimo
ejé caer en un cubo de basura, su contenido ahora ta
ndo en la habitación vacía. "Ya no
sos. Me sumergí en la investigación, en los planos, en el olor a papel y tin
re técnicas de consolidación de estructuras antiguas. Era Marco. Mi corazón dio u
casa?" Su voz era imperativa, co
stauración, un lugar que él rara vez había pisado
lo nombre me revolvió el estómago. "Dice que e
¿Berenice preocupada? "Puedes decirle a Be
. "Te noto... di
Marco," respondí
"Necesitas un descanso. Cenarem
uestros encuentros forzados, donde siempre había un contrato de po
ecesario
ré allí en tre
s mareos se habían vuelto más frecuentes, y los antojos extraños, como pomelos con salsa pic
. No podía ser. Había usado protección.
en mi mente. La última vez que Marco y yo... fue esa noche solitaria en la que él se quedó a dormir en mi habitación, la noche en que Be
de mi pequeño apartamento temporal, la v
se cortó. No.
a coincidía perfectamente con esa única noche. Una lágrima solitaria se
írselo a Marc
ue estaba en una reunión importante en el hos
los vi. Marco y Berenice. Estaban abrazados. Berenice, sollozando en su pecho. Ma
¿Qué estaba haciendo ella aqu
Él no sabía que estábamos divorciados, o en proceso. "Su amiga, la señorita Pu
. Mi propia respir
nfermera me atrapó antes de que caye
s ojos se fijaron en mí. Una expresión de s
os rojos, me vio. Su
s aquí?" Marco pre
me había dado. La apreté contra mi pecho. "Yo.
untó, su voz ahora aguda y llena de pánico,
mi... mi exesposa, Bereni
los papeles del 'proyecto benéfico'. ¿Sigues persigu
bló. Me sentí m
e necesito descansar. El bebé... nuestro bebé... es muy delicado." S
pude descifrar. Luego, se volvió hacia Berenice, sus ojos llenos de r
o al oído a Marco, y él asintió, su mirada fi
e. Y él... él creía que Berenice estaba embarazada. La escena se r
des
miró con lástima. "Señorita Arteaga, tiene que cuidarse.
en España. Recordé mi plan de escape. Ahora
bebé de Marco y
ía lugar para mí aquí. Mi huida a España. Ya no era solo mía

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