img La esposa que dejó ahogarse  /  Capítulo 1 | 11.11%
Instalar App
Historia
La esposa que dejó ahogarse

La esposa que dejó ahogarse

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1506    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:11

escudo, era mi deber, pero su única preocupación mient

n un yate con una bomba. Los secuestradores le dieron a

d

e primero! -gritó

enarme a mí, la esposa que acababa de co

a bomba! ¡Desá

n secreto a nuestro hijo mientras protegía sus intereses, ¿es

a vez, no lo salvaría. Dejaría que el mundo creyera que

ítu

sta de Alej

y pesada se tragó la gala de beneficencia, densa y sofocante. Mi cuerpo se sentía como una muñeca de trapo rota, la sangre caliente empap

ó; me cargó, pasando mi brazo por encima de su ancho hombro. Sus movimientos eran demasiado bruscos, demasiado rápidos. Era menos un rescate y más una extracción, como

ahora! -ladró, su voz

os de la alta sociedad. Justo antes de que Cristian oscureciera por completo mi vista, mi mirada se enganchó en una figura familiar que era escoltada por otro

venas. Me impidió desmayarme por completo. El agarre de Cristian se apretó, su enfoque totalment

qué mi teléfono del bolso de mano. Mis dedos, sorprendentemente firmes a pesar de los temblores que sacudían mi cuerpo, volaron por

. Ya. -Mi voz era un susurro ásper

y tranquila, una voz que siempre habí

no. Mantente

eptible, me recorrió. Alivio, pu

almente tan agudos y calculadores, me recorrieron con una evaluación distante. No notó el teléfono que acababa de vo

, con una nota de alarma en su

r la mirada de Cristian sobre mí ahora, un destello de algo ilegible

iene un suministro a mano -intervino otra médi

de un pulmón perforado. Cristian mantenía un suministro. Para mí. El pensamiento, una chispa de esp

iblemente a un lugar seguro. Los ojos de Cristian, noté, no estaban en mí. Estaban escaneando el

suave, un marcado contraste con

elle. Su tip

Nunca fue para mí. Mi cuerpo se puso rígido, un rigor mortis emocional de cuerpo entero. Forcé el cuello, un dolor insoportable atravesando mi hombro, para vislumbra

ser más fuerte. Más resistente. Giselle, ella es delicada. ¿Entiendes?". Y siempre lo había ent

frío se deslizó por mis venas, un eco escalofriante de la frialdad que acababa

rara, una concesión. Incluso me tomó de la mano, aunque su tacto era distant

pero firme-. Reposo absoluto en cama durante al menos una semana

nó más cerca, su aliento un

. Tu presencia, en el penthouse, en la cena de esta n

fija en el techo, se desvi

z era un graznido ron

uebrantables, se enco

dial. Más importante que

amarga se

por ti. Y por ella. -Las palabras eran ácido en mi lengua-.

e in

tu papel,

elado, se hizo añicos en un

as, susurradas, contenían el pes

a, un músculo salt

oz era baja, cargada de una advertencia peligrosa-.

l mismo Cristian. Igual de despiadado, igual de f

ó con un pequeño vaso

el dolor, señorita Montes.

ojos todavía fijos

siblemente cansada. Tomé una respiració

, temblando ligeramente, y ajusté la solapa de su esmoquin impecablemen

o suficientemente afilada como para cortar-, realmente

caí. No caería. No frente a él. Le di la espalda a Cristian, mi vestido de seda pegado incómodamente a mi herida, y salí de la habitación, dejándolo allí de pie en medio del blanco esté

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY