Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:927    |    Actualizado en: 18/12/2025

vista d

horas de llanto inconsolable. Mi mano buscó a tientas el teléfono, mi corazón ya un tambor frenético contr

il, confirmó mis peores temores. -Soy el Dr. Evans del Hospital Áng

se me resbaló de los dedos entumecid

o podía ser verdad. Simplemente no podía. Sofía, mi brillante y esperanzada Sofí

apoderado de mi ser. Mis pulmones ardían, el aire se negaba a entrar o salir. Me arañé la garganta, desesperada p

ebería haber encontrado otra manera. Nunca debería haber confiado en Maximiliano.* El rostro de mi ma

sesinado a mi hermana. Le había quitado la vida con su indiferencia cruel, su arrogancia egoísta. Había robado el corazón,

se volv

vacía guiada por el instinto. Me encontré junto a la tumba de Sofía, la tierra recién removida una herida abierta en mi corazón. Dos tumb

ueños. Tenía solo dieciséis años. Dieciséis. Quería viajar por el mundo, cantar, bailar como s

ronca, cruda por las lágrimas no derramad

ujer de rostro amable y ojos tr

ntil comprensión. -Solo quería decirle cuánto l

risa amarga

lo hicieron, padre? ¿O sim

destello de incomod

atoradas en su garganta. Simplemente sacudió la c

consigo el olor a tierra húmeda y hojas moribundas. Metí la mano en el bolsillo de mi abrigo, mis dedos cerrándose alrededor del pequeñ

unto a la ventana, viendo llover, hace años. Acababa de verme llorar después de una práctica de ballet particularmente agotadora, mi p

abía preguntado, escéptic

do enfáticamente,

el hombre más afortunado del mund

había creído. Había creído que encontré a esa persona en Maximiliano. Había creído que mi amor, aunq

caer, suave al principio, luego más fuerte, mezclándose con las lágrimas frescas que corrían por mi ros

sería parte de mí, ya no me paralizaría. Maximiliano me lo había quitado todo, pero no se llevaría mi espíritu. No se llevaría mi voluntad de luchar. Me

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY