por encima de sus gafas, su expresión grabada con una mezcla de preocupación y admiración. "El Proyec
hacerme reconsiderar la naturaleza drástica de m
pondí, mi voz firme. "Es ex
le, por supuesto. Tu trabajo en el sistema de propulsión por sí solo t
ido de la abrupta cancelación y mi voluntariado inmediato para el Proyecto Quimera, se había extendido como la pólvora. Las lenguas se movían. Algunos me com
e; era la salvación. Una oportunidad para sumergirme en el trabajo, para redescubrir a la brillante ingeniera que sabía que era, l
terminé con Bruno. "Ese muchacho no vale ni una de tus lágrimas, Amelia", había declarado, su voz firme. "Déjame hacer algunas l
forzarlo a nada. Un matrimonio construido sobre el resentimiento es peor que ningún matrimon
y suave risa. "Mi niña. Por fin sacaste la
iente. Pero la traición de Bruno, su casual desprecio por mis sentimientos, su disposición a usar mi carrera como pal
asi monástico en su dedicación a la ciencia. Sin servicio celular, internet limitado y estrictos protocolos de seguridad significaban una ruptura
de desafío en el que prosperaba, el tipo de rompecabezas intelectual que hacía que mi sangre cantara. Había aplicado para él meses atrás, pasando rigurosas pruebas
de urgencia, una necesidad desesperada de cortar lazos, de borrar el pasado. Bloqueé el número de Bruno. Ignoré las llamadas cada
pe en la puerta
mano, una bolsa de comida para llevar de mi restaurante tailandés favorito
ti en días. Estaba preocupado. Pensé que podrías necesitar u
ue ya no tenía poder sobre mí. No lo había visto desde nuestra última y br
ió, una sonrisa vacilan
no, los tacos un intento barato de reconciliación. "Y tú, Br
pones así? Sé que metí la pata. Di
rá... es mi apuesta segura. Y luego: Haré que revisen tu autorización d
e ofende siempre. El viejo
, yendo directo al grano. No más juegos
ría verte. Hablar. No puedes simplement
l héroe para Kenia", declaré, mi voz plana, sin ira, solo la fría y dura verdad. "Terminó cuando amenazaste mi carrera para ma
mejillas. Tartamudeó: "Yo... no sé de qué estás
mpí, mi mirada inquebrantabl
hitarse en su mano. "Amelia, por favor. No fue así. Era un plan de continge
lguna vez te importó? ¿Mis años de espera, de poner mi vida en pausa, de sacrificar mi
agas. Es demasiado tarde. Me voy. Por tres años. Y cuando regres
ro. "¿Tres años? ¡Amelia, no! ¡No puedes simplemente.
su ex prometida que por su prometida? ¿Qué hay de un hombre que amenaza la carrera de su pareja por la crisis fabricada de
te se había desmoronado, revelando a un hombre desesperado y con derechos que finalmente se daba cuenta d
as. Lo arreglaré. Lo juro. Nos casaremos la próxima semana. No más retrasos.
taba prometiendo lo que siempre había querido, pero se sentía como un premio
runo. Tuviste cien oportunidades. Cien. Y las desperdi
uevo, pero lo corté. "Tengo que i
llevar olvidada en su mano. Su rostro era una máscara de incredulidad. "¿Habla
", confirmé, mi voz cargando el peso de a
de los restos de su fútil intento de recuperarme. El silencio que siguió no esta

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