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Historia

Capítulo 5

Palabras:1063    |    Actualizado en: 19/12/2025

sta de Abri

il pequeñas agujas perforando mi piel. Podía

la abogada caída en desgracia.

ía gritar. No

. Había corrido a casa, con el corazón hecho una herida abierta, aferrándome a la últim

los, de la universidad, de viajes recientes, miradas íntimas, sonrisas robadas. Un santuario a su "amor", construido justo debajo de mis narices, en la casa que

huesos, más frío que cualquier noche de invierno. *Esto

, lágrimas calientes finalmente corriendo

ué, mi voz ronca

s ojos evitando los míos. No lo negó. Solo se q

de emoción-. Ella regresó. Supe que tenía que estar con ella. -Ofrec

? Mi corazón s

-. Ella te dejó destrozado, Eduardo. Yo te reconstruí. ¿Y así es como m

olo se quedó allí, viéndome romperme,

ndo en ruinas, vi a Kael. Estaba de pie detrás de Selene, aferrado a su pierna. Sus ojos, usualmente llenos d

z pequeña, pero clara como una campana-.

convirtió en piedra. El abandono de Eduardo fue un cuchillo

ez fuerte y vibrante, se convirtió en un lienzo de moretones y cicatrices. Un ataque particularmente bru

lí de la prisión, una sombra de lo que fui, pero con

a, las huellas digitales de su conspiración. Tenía las pruebas. Estaba todo expuesto, claro

e había en mi corazón. Las pruebas, cuidadosamente compiladas, estaban

los frenos

que recuerdo fue el crujido nauseabundo del metal, el rugido del océano

cuerpo roto, mi memoria fragmentada. Me habí

. Viva. Un fantasma

ile se apagaron, reemplazados

Y Eduardo y yo estamos celebrando nuestro compromiso. -Su sonrisa era condescendiente, una fin

do e incómodo, a

Todos hemos seguido adelante. Por favor, no hagas una

aguda y clara-. ¿Crees que puedo "superarlo"? -Mis ojos ardieron en

blanco. Lo sabía.

do de lágrimas, dio un paso adelante. Me agarró

tes-. Solo... finge. Por mí. Por mi cumpleañ

ue los había ayudado a empujarme por ese precipicio. El chico cuyas lágrimas suplicantes una v

e su agarre, lent

riantemente tranquila-. ¿Sentir qué, Kael?

, con los ojos muy abiertos, un horror creciente extendiéndose por sus facciones. Selene, siempre la manipuladora

salón-, que no volvería por esto? -Mis ojos se dirigieron a Selene, luego a Eduar

cada una de mis palabras. Esperaban una escena, y esta

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