ía por la Mansión del Real como un fantasma, evitando a Guillermo, que dormía en el ala de in
, revisando los planos arquitectónicos del páramo. Ya
de golpe. Escriba
se había burlado de Cielo durante cinco años. Llevaba una bolsa
Vega, sin molestarse en saludar-. Espera qu
sobre el sofá de terciopelo.
ió para r
sa, luego a De la
un hombre devastadoramente ocupado, señora d
mente. Colocó sus mano
ermo -dijo-. Pagado por el F
AM
40% de ese fidei
óngase el vestido. Es gris. Serafina lo eli
para sombras. Serafina estaba trata
teléfono. Ma
ermo? -se burló De la Veg
o de la Vega inmediatamente. He marcado sus cuentas de gastos para una auditoría forense con respecto a las "tarifas de consultoría" no autoriz
lg
e las "tarifas de consultoría": dinero que había estado canalizando a Serafina por orden de
o lo haría -tarta
o Cielo, volviendo a
Vega
ible: un saco gris sin forma y desaliñado con cuellos altos de enc
AM
Colección Dorad
00
naba de un lado a otro. Serafina le había enviado diez men
está De la Vega? No contesta su
c en la escalera de mármol resonó
riba. Su respiración se
do las escaleras.
ía d
a sin tirantes, abrazando sus pechos y ciñendo su cintura antes de caer en cascada en un
sas. Llevaba pendientes de diamantes anti
olvidado que ella podía verse así.
voz ronca. Trató de convocar su
tuvo por él. Pasó junto a él hacia la puerta,
ión toma ti
Guillermo, siguiéndola como un cach
a puerta. El chófer
o simplemente-.
en el
do. ¿Despidió a su secretario? ¿Desde cuándo tenía
ioso. Pero por primera vez en años, Guillermo no es
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