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Historia

Capítulo 7 Quiero más

Palabras:1137    |    Actualizado en: 21/09/2021

esta situación aún viviendo con él? Una parte de mí se convenció de una fácil y accesible afirmación interna. ¿Qué hubiese cambiado viviendo juntos? De igual forma habría sacado tiempo par

empezaba a ser insostenible si no teníamos un pilar común por el cual luchar ambos a capa y espada, todo lo contrario, empezábamos

ciales. Pero mi ser sentía rechazo a abrazarle cada vez más, al igual que abrazarlo, empezaba a generar un rechazo absoluto por sentirme cada vez más diminuta a su lado. Ahí estaba, sentado frente a mí, hablando sobre su disconformidad en el trabajo, con unas compañeras y sus entregas

la palabra y consumiéndola en su boca, con su lengua, con sus gruesos labios. Acto seguido, se apartó de mí poniéndose en pie, me sugirió con su mano que me pusiese en pie como él, tan rápido como pudo me puso contra el pollo de la cocina. Esta

ro en mi vagina. Pude sentir como de pronto toda mi cavidad comenzó a dilatar a medida que su pene iba penetrando más en mi interior. Quería gemir por inercia, pero no podía, habían familiares cerca de donde nos encontrábamos, soltar mis

me obvió, obvió mi presencia mientras miraba la hora en su móvil, pendiente de poder alcanzar el autobús más próximo hasta su casa. Se percató de que en pocos minutos pasaba uno, se despidió con un beso en la frente y bajando desenfrenadamente las escaleras vi co

uy efímero que fuese, por muy poco, una dosis podría valerme para equilibrar todo el tiempo que él estuvo en mi casa. Cogí mi móvil, ojeé la galería de fotos, no era la primera vez que buscaba en ella

sutil con algo de ropa interior, y no cualquier ropa interior, siempre buscaba colores que destacaran mi piel, encajes que dejaran ver su forma en el borde, algo de transparencia como ayudante visual para el espectador, diseño que favoreciera la forma voluptuosa de mis

que se formaba con un culotte de encaje negro que dejaba mitad de cada una de ellas al aire y la otra cubierta. - Esta vez, la malvada seré yo. - dije en voz baja, dejando que la Clara de la oscuridad, de las noches perversas y lascivas, se a

üenza, ansias, agradecimiento. Era normal, acababa de prender un fósforo y estaba dejando que se consumiera

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