img La sonrisa sumisa: la jauría de Alaior  /  Capítulo 2 Tramando una perdición | 6.67%
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Historia

Capítulo 2 Tramando una perdición

Palabras:1841    |    Actualizado en: 29/11/2021

z, igual que ella misma. Habiéndose jurado corregir el error que perjudicaba a su vástago, que por su destacable constitución y carácter competitivo s

u preocupación. Ese maldito Wando, y su compañera Alaxa de la lobera

ho trampas, madre?

te rodean. Pero no te preocupes, para eso estoy yo, para velar por tu bienestar,

o, madre. ¿Qué vamos

cusaré a esos dos tramposos para q

? —preguntó Eron, recuperando

stro lado, no hará falta tener evidencias de sus tejemanejes. Es de lógica pensar que han plani

a sido muy intuitiva, alcanzando a ser la jefa de la lobera cuando vio la ocasión propicia. Confiaba ciegamente en su criterio

hago, mien

tomar una infusión con unos de su lobera y l

ntó Eron molesto, sintie

mpinchados. Es mucha casualidad que dos de la misma lobera ganen los primeros puestos de las pruebas de madurez. Ahor

ado la prueba de madurez, y en su inexperiencia resultaba demasiado impulsivo e iracundo. No tentando a la suert

abía más tranquilidad que cuando se retiraron, la gente llevaba todo el día festejando la acogida de los nuevos cazadores de la jauría, y ahora estaban preparándose para una cena más tranquila, pero no menos alegre. Cerrando la tela que hacía de puerta en la entrada, se dirigió hacia el lugar acondicionado para el aseo junto al río. Este, para dar m

más descendencia entre la jauría, una hija casi de la misma edad que Eron, de una lobera diferente. No era extraño entre los licántropos, siempre que fuese consentido y de mutuo acuerdo, tener desc

a—. ¿Es por Eron? —adivinó. Era un hombre al que no se le escapaba nad

as de reunión en el valle, tal vez habría que hacer una incursión para proveerse de nuevas remesas, pensó. Bajo la atenta mirada de Hamer, admirando

e unos labios carnosos y bien proporcionados, le aportaban exotismo, enmarcado el conjunto en una cara

o del líder. Era su forma de demostrar su supremacía sobre cualquier otra compañera que

ca a quien le permitía hacer eso, y solo cuando

ece que la edad te hace ser más impulsiva, en contra de lo que nos pasa al rest

ro momento, ahora vengo por asuntos más importantes. —Kristey echó el cuerpo hacia delante para dar más peso a sus argumentos—. A tu hij

el rito de iniciación, pero debemos plegarnos a

que debiera haber ganado tu primogénito? Además, es infrecuente que dos de la

tey, ¿pero tienes pruebas

perderá la posición necesaria para aspirar a tu cargo cuando sea el momento? ¿Y no ves también que la lobera de Bredo gana categoría, haciendo peligrar el equilibrio de l

había tenido ocasión de ordenar todos los datos para vislumbrar la urgencia de la situación. Miró a la mujer mientras bebía un largo trago de

bien pensado, Kristey. ¿Qué sug

duda, la posibilidad de perder el liderazgo de la jauría era una fuerte motivación. Si no era cap

, la joven cazadora se sintió afortunada al poder estar en plena intimidad por primera vez desde que la lobera había acampado en el valle de

las lobatas y cazadoras, algunas de estas ya no tan jóvenes. Sus celos estaban especialmente enfocados en la última que se presentó, Minthu. La con

renda superior de su vestimenta, escuchó unos ruidos

evo sonido. Sintió que el lugar se encontraba demasiado silencioso, pensando que estando ella ahí, ningún animal habría osado

ahí? —pregun

ndividual en el que estaba, afinó el oído de nuevo, pudiendo escuchar un roce en el compartimento junto al suyo.

uria que sentía, extendiendo sus garras asesinas y enseñando una dentadura igualmente temible. Se le erizó el pelo del lomo, dispuesta a enfrentar cualquier intromisión indebida o un pel

Ero

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