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Historia
Fruta Prohibida.

Fruta Prohibida.

Autor: Mayra Gisel
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Capítulo 1 LO QUE NO DEBEMOS (Parte 1)

Palabras:1675    |    Actualizado en: 25/12/2021

ta de una persona que es prohibida? Bueno, eso me pasa a mí con quien vive en la casa de junto.

a respuesta “Soy un hombre felizmente casado y amo a mi esposa” sin olvidarnos del “eres muy joven para un hombre de mi edad” ¿C

o que no debemos e

e pensar en todo lo que puedo

despacho y como él es abogado, últimamente se la pasa en ese cuartucho de tres por tres hasta altas horas de la noche ¿qué cómo lo sé? Porque más de una vez su esposa me ha en

orció de mi padre, trabaja en el turno noche, por lo que, puedo sentirme libre para

a fina tela como cortina y que la verdad es casi transparente, y mientras lo hago siempre pongo un poco de música, para acompañar la acción de desvestirme mientras muevo un poco mi cuerpo. El manto de la noche me ayuda a que pase desapercibida ya que, dentro de todo, vivimos en un barrio d

para tener sexo con ellos y generarles el deseo a quienes realmente les interesa, es decir, ese tipo de personas que no dicen las cosas que desean y con quién, ese tipo de personas que intentan hacerles ver a otros que se mueren por estar

que simular trabajar, ya que lo único que hace en ese sitio a esas horas es verme a mí, desnuda bailándole y contándole cuanto deseo sus manos en mi cue

eles sonrío victoriosa y me digo a mi

ra llamar su atención, per

ho que me ignore me ha

a y llevaba conteniendo las ganas por mucho tiempo. Deseaba tenerlo c

o lo que daría por estar con él en mi cama, pero parecía que todo lo

lestarme todo el tiem

me cada vez que lo intento? – r

como una súplica, pero sabía que muy

y pese a que no me lo reconocería, sabía que lo ponía

y apoyando mi mano en el marco. Esto provocó que mis pechos

verte. – dijo mirando hac

vean. – dij

me sentía igual d sexis que ellas y sinceramente el que me vieran en ropa interior no me mole

sentir sus man

n sabía que de todos modos me diría que no. Pero las espera

i cuerpo con mis manos y pese a que él aparentaba buscar algo, yo

tono de súplica, si hasta mi nombre

n lapso corto se dedicó a mirarme, inspeccionarme de arriba abajo. Por dentro saltaba y gritaba de la emoción. - ¿Te gusta lo que ves? – le preguntaba mientras deslizaba la palma de mi mano por mi vientre hasta llegar al elástico de la parte baja de la prenda in

me sentí tan victoriosa, porque

e me toque para ti?- muerdo mi labios inferior para luego lamérmelo. - ¿quieres que hunda mis dedos

rme por debajo de la prenda abriendo mis piernas un poco para permitir q

n de estar dándome placer ante sus ojos y sus labios qu

de sus manos las carpetas que había ido al despacho a buscar y comenzó

estoy? – el solo podía asentir c

le provocó más excitación y lo sé porque lo vi morderse los labios y

mis d

idad de volver a pedirle para estar juntos, para poder darnos placer en una cama. Pero primero lo volvería completamente desquiciado por tenerme, en venganza d

s que con

provocaba a su propio cuerpo. En tanto yo, me había quitado la parte baja interior para tener más comodidad al momento de esta

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