La Receta de Tu Voz

M

es el

más que un

nuestra rutina, tirando abajo los conceptos establecidos, cometiendo ilegalidades con el único fin de alcanzar lo imposible… Normalmente, no apruebo la gu

toda su vida por una pequeña lunática y sensual mujer que me desespera. Claro que si le preguntas a

O DE

mbre que abre las puertas de los sueños más lujuriosos, tanto en solteras como en casadas. Un demonio travieso que se esco

mor, no significa que no crea en el dichoso sentimiento, después de todo, creo cuando contemplo las

lguien con mi f

digo que todo se resume en un encuentro de una sola noche,

impo

están metiendo antes de que

apenas recuerdo la inicial del suyo. Creo que era la “n”, pero no pondrí

itorís. Acaricio sus labios inferiores, separándolos con dos dedos, los cuales dejo perder por su interior, haciéndola gemir al ritmo de la falsa penet

ovocando la palpitación de mi

caliente que es correspondida con su perversa expresión. Entierro la boca en su entrepierna, introduzco la lengua en movimientos ágiles, provoc

Sigue así, pap

s muslos cuando los espasmos empiezan y el orgasmo llega, haciendo que pueda disfrutar de los salados fluj

señado? —pregunta, con

utodid

niendo la dura erección que hace ra

e no me preocupa, ya que tengo tres cajas más en el armario. Rasgo e

mbros. La chica me facilita el encuentro con su interior, separando las paredes vaginales con sus dedos delegados, esperando por la misma

cho. Aumento la oferta ante la

te! ¡Más

ada una de las cuatro paredes, s

d para alcanzar su pezón derecho con la boca. Chupo y tiro de ellos, masajeando e

el torso y antes de que me siga marcando, atrapo las muñecas con una mano y las llevo por encima de su cabeza, lejos de mi alcance, quedando a escasos

n simple espectador de su momento. No estamos sincronizados. Se corre demasiado rápido y a

muy ric

os melones en la espalda y me acaricia el brazo con ternura, produciendo un intenso escalofrío en mí. No me gusta. No

tás

rido —respond

i oreja izquierda —Me voy a encargar con m

todo el grosor con apetito. Comiendose los veinte centímetros a buen ritmo. Apoyo las manos abiertas sobre el c

una coleta a la latina, impidiendo que sea ta

MU

ara que detenga el encuentro d

na y contemplo el sol salir por el horizonte. Otra noche sin dormir donde he follado con tres tías distintas;

a palabra prohibida, cariño. No soy su cariño y no puede cre

n brusquedad, cortando de raíz toda esperanza

—levanta

to que atender

después de que no haya l

IA

uerdas t

e dado y no

—pregunta insistente, l

ue insistas, te lo dije antes de que vinieras y no voy a rec

de la mirada opacada, furiosa por no haberme creído. Da dos zancadas rápidas y ante

iota! —grita

te dado dos putos orgasmos —digo sin perder la dureza en el tono —Por otro lado, te lo dije desde el primer

ería diferen

i. No valgo nada para que lo hagas. Si quieres amor, sal y búscalo. Exi

para arriba sin que me importe. Antes de salir me hace una pequeñ

días,

contestaras, creía que te había engullido alg

necesi

pantano. ¿T

axon, ruedo los ojos y camino por la

ta Ariana y Samuel se ríe de fondo —¿Desde cuándo las dejas insatisf

errumpido el polvo, pero no tienes de qué preocuparte. Me mastur

ecojo el pant

entras me pongo el pantalón y voy por la camise

teresan l

cuchando! —g

de baño mojándome el cabello, usando los dedos

inco minutos y bajo —a

e corres? —Ari

rer seguir hablando s

éndome más que acostumbrado a sus pequeños sonidos de chinchilla —Así que s

estoy con

**

am: Mik