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Historia

Capítulo 6 Enfrentándose a la pequeña chica problemática

Palabras:6338    |    Actualizado en: 07/01/2022

gía a la escuela, Alixa estaba sobre la carreta mientras le retumbaba en la

e grito Latiamama en el momento que Alixa ya había em

ía dicho antes, estas no pare

dejado de hablar con su nieta? ¿Pero cómo?, pensó

algo que podía estar contándole a todos; aunque no es como si Latiamama necesitara que alguien le contara las cosas para que ella se enterara de lo que estaba pasando. Alixa la

de ahora sería una

n momento el problema

mino se despejaba dejando a la vista un sen

iluminación del sol o la luna, hacía que el lago tuviera un exquisito brillo que cautivaba a cualquiera que lo viera

ro del agua sin respirar aire, no muy grandes y algo escamosos, se les conocía con el nombre de “peces”. Nadie en el

eremos los pe

ción suya una de las cosas que lo había cautivado. Era un sentimiento que se reflejaba en tal magnitud que podía contagiarse, haciéndole sentirse con

e usarlos. En realidad, Alixa no era muy aficionado de navegar sobre el lago; pero a esa chica,

ese lugar seria escenario perfecto. Todo estaba saliendo de acuer

sie

a resonar en su mente, tra

sentido, debía concentrarse en lo

to de estar

dándose ánim

ía nada fácil. No sabía que decir, o como empezar una conversación. Alixa ni siquiera le había dado la cara en todo es

il decirlo que hacerlo, Lat

la escuela, así que decidió a

ha atrás —suspiró mientras bajaba de

ser durante tan difíciles circunstancias, en la que tanto dependería de él p

tuviera la opció

ya que solo eran unos postes con un pequeño tejado que los prote

etros de él una carreta muy familiar. Todavía sujeta a ella,

ijo Alixa más relajado al ver al ani

mar agua al bebedero; con un bello pelaje del color del atardecer y un pelo oscuro que s

ntaba mucho más que solo eso. Era algo así como su símbolo de la libertad, aquella que (según ella misma) sentía no nadie en Geroger poseía. Claro que Alixa nunca concordó con la forma de pensar que tenía ella; pero eso

a ser mucho más

parecer ella quería darle la mayor l

y se le empezó a acercar paso a paso. Reconociendo la apariencia del muchach

poco robusta

un poco, mien

Chinzu. Te vez bien, ¿acaso

u hocico en son de protesta, causando la risa de Alixa que

era la primera vez en todo el día (o desde hace días para ser más ex

las mejores cómplices que podría desear. No importara el tiempo que pasara, incluso las cosas que les ocurrieran, ya que ambas siempre tendrán un lug

e tenía un deber que cumplir y ya se había demorado mucho tiempo. Pensó que si Chinzu estaba

ue cuidando de e

ro, Alixa se despidió mientras se

*

, Chinzu se le quedo mirando por un tiempo hasta que este

que conocía, algo en su interior había cambiado. De cualquier forma no resultaba ser de su importancia; y

*

l Guardián se le reponga nuevamente. Siendo que tanto el Guardián como los otros dos Maestros no se encuentran en las fronteras de Geroger, ahora toda la carga cae sob

ue pareciera tratar de aparentar mayor madurez dejándose crecer la barba y el cabello. Este era, por así decirlo, el modelo perfecto de lo que se supone debería

la salida no autorizada del Guardián. Pero por lo que pudo ver Alixa, todo estaba siendo manejado

tro S

ixa, buen

us que estaba de pie en las gradas se aseguró de poner la postura correcta de un solda

s miembros de su familia. Era un miembro de ese linaje desde su nacimiento; desde su bisabuela hasta su padre, eran tres generaciones consecutiv

a que a mi padre no le agradaba s

mirada de Setru

que diferenciar a los miembros del clan, que co

gares. La verdad, si no me lo hubiera comentado

venir, pero la gravedad de la

aunque le restó importancia. Alixa era consiente que al no responderle el saludo era un acto de grosería;

era uno de los que se comentaba siempre entre la comidilla del pueblo, por así decirlo; y si un requisito para esto no fuera que el anterior ocupante tendría que fallecer, seria incluso el evento más esper

fama ganada por su esfuerzo y sin hacer uso nada más que su propio ejemplo como soldado. Sin embargo,

un puesto entre los Guerreros de las siete Hojas, no estaba entre los más fuerte de estos, quizás por su falto de entrenamiento y carácter. Inclusive había quienes decían que la única razón

ste deseaba que fuese él quien lo sucediera. Era debido a ello que no dejaría que Setrus manipulara a todos con su

usaba con esas razones; mas no se daba cuenta que esa

percató de cierta persona corriendo en la arena, por lo que se quedó

concentración del muchacho, Setrus

usual esta vez. Como su Maestro a cargo me pa

nclusive, lo más instructivo también. A pesar del mal concepto que tenía el chico de Setrus como persona, no podía decir lo

ó algo parecido, ¿podría sab

regunto al Maestro tratando de no demo

a prisión se posponía; y aun así uso una excusa para ir en la tarde aprovec

ro debido al simple fastidio q

e dice que no hablaron mucho, la verdad no sé

seguido algo de información por pa

mucho crédito al insens

enta que la había defen

s que tenía ella; pero también su falta de ambición la

parece tener intenc

refiere

ctitud de Setrus, quien seguía

ue ella está consp

aunque ese es también el problema. Puede que sea esa inoc

s algo muy

lo

dumbre en su mirada; pero esta vez no parecía estar viéndo

abía casi nada de esos prisioneros; y la verdad, aunque se les interrogasen, nada confirmaba que estuvieran diciendo la verda

que no se le informe a nadie d

ico a su lado con una expresión de confusión y

ado a la principal Firian, y ell

esto solo un: "Comprendo", mientras a

ta situación te fa

para s

exhausta. Teniendo los brazos caídos, de un momento a otro se trop

sa por aquel típico acto, Alix

stá consiente de toda la situación en el f

ucho no haber podido mantener mi

labras; mas si toda la situación no le fuer

una reunión de la Asamblea para el atardecer en el fortín. Supongo que se decidirá lo que suc

ha venido en una

que llegues cuanto antes. Yo iré caminando lu

or que Setrus llevarse su carreta ahora mismo; ya que el usar

o Principal, Setrus retomó su postura y se dispuso a sali

dirle que por favor usted l

¿E

ía oído, Alixa no pudo seguir mantenie

a poder librarme de hablarle,

, estoy seguro de que si va ella sola no se hará n

osismo, hizo que Alixa hablaba

o mucho más de lo usual. Por lo tensa de la situación seria muy grave que no llegue a tiempo, o que simplemente no se presente. Esta n

crees que

ntro de sí un

que resultara graciosa para la gente del clan, no sería tolerada de la misma forma por los miembros de la Asamblea, quienes no dudarían en sancio

o me encarg

*

na junto al campo de entrenamiento, Alixa se qu

ir de camino a la prisión, le había dicho que a ella

última vez. Aunque Alixa había estado allí y fue el primero en encontrarse con ese monstruo; en realidad no pudo ni verlo. Durante el momento en que el intruso logro entrar en su habitación, todo estaba oscuro; y Alixa apena

a suponer, esa chica t

as volvía a poner atención en la chica co

me de los Guerreros de las siete Hojas había logrado terminar a duras penas, y recostándose sobre sus rodillas aun de pie, e

posible, la había llevado casi al punto del colapso,

o en un instante la chica se desplomo hacia el suelo

estra candida

a de agua, que al parecer había dej

unque no estaba seguro en donde tenía puesta ella su visión, parecía q

e ser aquel amigo que había sido hasta hace un año; aunque

erente cara de todo un año se le ca

a postrada, Alixa se inclinó un p

gua te ayudara a re

ra, ¡¿Cuándo l

tenía el cabello en una trenza, la cual era tapada por su cuerpo en este momento y que de hecho ya se abría ensuciado con toda la arena del

vasija de agua. Mientras que, sorprendida por ver al chico en ese lugar, Sileria trato de levanta

deba ay

el cuello de esta la ayudo

co su cuerpo hasta que noto sus intenciones. El chico estaba acercando la vasija de ag

stá pa

a al ver la inusua

ias,

hecho sin preguntarte pero parecía qu

toy agradecida po

la escena, Alixa la dejo cuida

do de la vasija, solo esperaba que sus fuerzas se fueran recuperando poco a poco. Además

dime ¿hace cuán

í hace como unas c

¿Qu

sus manos para ocultar su cara, movió su cabeza hacia el lado opues

últimas vueltas he estado desmayándo

ando en su

a ¿está

que no es

; y a pesar de estar un poco cubierto por la arena, se podía notar que su cara

la deja en un estado tan deplorable?! ¡A las mujeres no nos gusta presentarnos de

s”, resonó en los

rimer lugar. Sileria, quien se había sentido culpable por cómo terminaron las cosas ese día; se dio cuenta que

ento no debí

s que todavía pienso en nuestra relación com

lo tomaron desprevenido), Alixa se disculpó mient

recordó Sileria— ¿te refieres

s y cabalgando en Chinzu; esos fueron una gran parte de la alegría que habí

o comportarse como n

omprendiera lo que trataba de decirle. Y Alixa, que se tranquilizó al ver que el ambiente

lixa. ¿Dónde e

ilidad que había sentido, Alixa trato de forzar

a la prisión para llevar

a qué necesitan ll

ha convocado una reunión de la Asamblea para el ata

Sileria rápidamente dejo de lado el tema de su Maestro como si le restara importancia; es

an tan drást

quién

l darse cuenta que hab

drásticos con alguien, ¿a quién

eso?, te abra pareci

ileria trato de ignorar

poco mencionaba al muchacho qu

ue el pequeño que había llegado hace semanas a la aldea, estuvo en una reunión de estas donde solo asi

le hayan hecho; la razón por la

*

ación; como si alguien estuviera limpiándose las manos

*

amos de una vez antes que pase más

ienes

a prisión. Por lo que dijo Setrus, Sileria estuvo manteniendo

rigado mientras iba caminando hacia la escuela. Será mejor que

a parecía dar unos leves temblores. Acercándose rápidamente de regreso, vio a Sileria

sto, Alixa; pero te juro

l suelo, Sileria le dijo a su amigo en e

posible no fue una sabia decisión como se lo advirtió su Maestro. Este le dijo que empezar

no logro tener éxito por lo que terminó derru

ara recuperarme. Iré a la escuela; mi abuela seguro ya está

indico que ya se encargaría ella misma de ir, a pes

sobre

comendó llevarla, y si por alguna razón no llega me termin

levaba consigo, recordó

“recado”, así que ya no creo que vaya a venir— dijo

ó por unos momentos de a q

ue no debido a la ligera insinuación que tuvo ella misma de que comía demasiado, luego de su charla

que le pedí a mi abuela

tara de hablar con Alixa y solucione el problema que habían tenido. Aquella conversación no termino en un acuerdo específicamente; lo últi

UEL

ación de Latiamama para forzarles a ambos una situación en que tuvieran q

ose cuenta que ya adivino lo que hizo su abuela. En ese momento no podían ev

dijo que hay allí —dijo Sileri

Alixa le

con cuidado podría terminar peor a que si le h

que por favor

o, Alixa estaba tratando de no hacer contacto v

el paquete de cam

abriría, no es para mí

vamente

el contenido del paquete. Claro que sabía que él no sería capaz de husm

traérmelo justo ante

eyó que llegaría a tanto como para ponerla en una situación tan vergonzo

iamama, se dijo a si misma co

íes un “recado” como este. Por favor solo niégase

ia se lo pidió avergonzada y todaví

se refería, por lo que se dio

acuerdo,

habían quedado callados luego de acordar t

oto que faltaba menos de una h

uramos, no lleg

rse cuenta que solo había

leria sintió que la tomaban de las piernas y los hombros para levantarla en

mirándole sorprendida con

levare a la escuela para que te alistes. Y si aún no puedes mov

miro hacia otro lado mientras le explic

ropósito, porque de lo contrario ese todavía rostro infantil se vería algo serio; una cabellera un poco larga y despeinada, con una nueva cinta roja que le rodeaba cubrié

e rec

to que me lle

tenemos que

rera, sino ropa de casa. No puedo usar este ya que está todo sucio; y tampoco puedo ir con ropa de ca

ienes

os, era cierto que Sileria no podía ir con otra ropa que no fuera su uniforme de Guerrera de las siete Ho

co a Chinzu, mientras tú de

aldea, el incómodo momento que tuvieron se había disipado,

taban sosteniéndola, Sileria

primer paso y se a

o. Sileria se culpaba por no manejar de una mejor forma la situación aquel día, y el no tener el coraje de hab

li

a, Alixa noto en aquellos bellos ojos dorados como

a, Sileria terminó di

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