l terreno de Gerardo, despacio, para que Gerardo no se diera cuenta y siguiera disfrutando mientras pueda de e
ara que registraran su casa, ya que su única mascota era un perro y que debía tratarse de una equivocación. Pidieron que les permitiera ver al perro entonces, pero les dijo que era peligroso, que podía morderlos. Le dijeron que fuera por él y lo trajera atado, pero les contestó que no tenía collar. Hubo un silencio por parte de los tres, que fue interrumpido po
proteger a Viku si la descubrían, y qué sería de ella si se la quitaban... Otro ladrido lo regresó de esas cavilaciones y corrió hacia la h