ando acepté salir con el idiota de Marcos? Era obvio lo que quería de mí y yo de ingenua me dejé engatusar por su hermosa sonrisa. Él es el típico chico lindo al que todas se quieren ligar y
ndo a casa sola y caminando, puesto que el idiota se
respiración se entrecorta. Apresuro el paso rogando que solo sea paranoia… ¡Joder! Esto me pasa por coqueta. De verdad, creo que me desmayaré
cediendo a mí! Siento lágrimas emanar de mis ojos, las cuales no me molesto en limpiar porque toda mi
De repente me encuentro atrapada por brazos masculinos cubiertos de tela de cuero y el olor a uvas inunda mis fosas nasales
iel se eriza—. No hagas ningún tipo de ruido o movimient
s calles como si algo o alguien se les hubiera perdido. Lucho con las lágrimas y trato de calmarme, no sé cuánto tiempo ha pasado, pero para mí ha sido una eternidad. Los hombres han desaparecido hace un ra
ico. Sus ojos son raros y amarillentos, su nariz perfilada y sus labios pequeños y llenos. No sé si es por la poca luz, pero su piel se ve demasiado blanca y pálida. Está vestido completamente de negro y su ropa e
pregunta sin dejar de mirarme, ac
mi mano y no sé si acabo de imaginarme la pequeña sonrisa qu
ma —estrecha mi mano con s
Mi nombre no es Paloma, dije E
—responde como si nada y yo toda indignada po
agradecería que no uses sobre
ostro demasiado a mi cuello. Por alguna extraña razón, su mirada amarilla me aterra, hay algo en ese chico que me paraliza por completo y me hace desconfiar. Olfatea mi piel
e? —no puedo creer qu
n hermosa joven —el rubio toma mi mano con graci
mirada—. Ha sido un gusto, debo irme ya —digo dispuesta a retoma
ues estoy ansiosa por llegar a casa y olvidarme de esta extraña y loca noche. Llegamos en un silencio
, pero es maravilloso —el chico lindo y raro espe
on la actitud rara de este chico, me fastidia que tod
si fuera un niño pequeño, es una sonrisa que me extraña porqu
s ojos se agrandan—. Entonces, eres parte de la familia
, porque él estalla en carcajadas, aunque me llama la atención que sus labios se ríen, pero
¡No lo creo! Es la primera vez en todo este tiempo —¿Una o dos horas?—
no es que no haya querido ayudar, podría ser que no haya po
resco del desinfectante del piso me invade, creo que es un olor a rosas o algo así. Mi madre se la pasa limpiando, gracias a que ya no trabaja y esa es su forma de pasar el tiempo activa. Me tiro a la cama y mis pensamientos son invadidos p
isci
nta sobre una silla que le regala una perfecta vista de la parte derecha de la casa de sus vecinos; una ventana en específico llama su atención,