entra Brayiam y cierra la puerta. Lo miro molesta, me seco
ce pero lo ignoró
. —Estoy furiosa. —Peleo con la cremallera y no puedo bajarla. Brayiam se pone detrás de mí, baja la cremallera y abre el vestido, me lo
a que tengo la piel roja y ardiendo, me mira pero de una manera que no
lárgate con esa niña mal edu
. Me doy vuelta y lo mi
segura que la de la ducha fue ella —me mira serio, sé que él lo sabe también. Y realmente tiene razón, esta no es mi casa, ni mi ro
una toalla y una crema. Me mira el pecho — ¿Puedo? —Pregunta y asi
a de algo —le digo y
pasar —me dice — ¿Qué quiere
anto —hay un silencio. Al parecer este desayuno no resultó como esperaba —digo amar
por esto, en este momento no estaríamos aquí, tú en ropa
, mira mi piel, estoy ar
iento. No va a volver a pasar… Te lo
me mate. Me mira a la cara y luego mira mis pechos, se muer
todos los días —acaricia mi mejilla. —Me gus
s ojos. —Por salvar a mi familia, siempre e
r de mirar esos ojos grises —después de que esté
y muy orgullosa, pero se reconocer cuando alguien hace algo bueno y aún más como lo tú hic
rre con la mirada. —Porque tienes algo que me envuelve y porque sé que no me traicionarías. No eres ambiciosa, eres elegante, fina, inteligente, fuerte, vali
sorprendido —a menos que tú me pidas que me vaya. —hay que reco
o a causa del nerviosismo. —Cuánto deseo tus labios —me toca los labio
on los míos. Me besa, es un beso lento, delicado, recorre mi boca y yo la de él, m
a vergüenza que aparto la vista — ¿Por qué te sonrojas? —dice intri
dices ese tipo de cosas. —Me toma la cara. —Deja de mira
e. — ¿Puedo hacerte una pr
y Brayiam arriba de mí. —Yo creo que me voy a vestir
? —dice m
o me pone nerviosa —se ríe. —Sí, aunque no lo creas tú me descontrolas —me escucha, me m
omienzo a retroceder, es
ecir que eres un hombre guapo —se sigue acer
mente, yo niego. —Porque yo creo que eres mucho m
—me sonríe coqueto y pasa
feo, soy mucho más que
liste —lo miro coqu
r miedo, ni nada, así que me ruedo haci
, yo lo miro y paso mi
irándome, estoy jugand
cho — ¿Qué vas a hacerme? — Lo reto,
ataca mis labios y yo lo dejo, le devuelvo el beso con la misma agresividad y salvajismo. Me empuja y choco contra la pared, no me quejo ¿¡Me gusta!? Coloco mis manos en sus hombros, el me coge de las manos y las pone por encima de mi cabeza y se separa de
SHB
res esperar hasta el matrimonio, cuando nos casemos no habrá más impedimento. —Pro
*
porque me vino ese recuerdo a la cabeza en este mom
—le digo, se ve
a en mi oído. —Pasa
o confundida, me volteo, voy
en? —Está furioso, miro
—trató de soltarme pe
ice y da miedo — ¿Cómo una persona
e —me suelta y me toma la cara entre sus ma
Grita, yo m
emas —escuch
pagué tanto por ti que todavía estoy solucionando problemas de tu familia así que alí