n viejo álbum de fotos, eran de su niñez; su madre siempre sonreía, eso le arranco una sonrisa; observando las fotos encontró una que llamo su atención, tenía aproximadamente cinco años; estaba con su

una señal más de que de

era la única; encendió su computadora, no tenía idea de a quien buscar, ni siquiera recordaba bien sus nombres así

a seguro que lo poco que tomo era lo que daba a los vecinos y probablemente ella como cuando joven se mantenía de las composturas de ropa que hacia; las vecinas organizaron rosarios; salía cad

buela; mañana iré a buscar información— se lo dijo

de ese tema veía el sufrimiento en los ojos de su amigo,

n México, lejos de todo lo que paso en Texas, y yo no deje que lo hicieras— había

tenden, además, tu eres mi hermano, eres mi familia y estoy aquí para apoyarte — si por el fuera ya estarían trabajan

n contando con él para cualquier cosa que decidiera no podía de

iudad, pero imagino que al ser viernes no podría evitarlo; paso por Cristian y

vuelta la dirección que buscan— el taxista veía por el retrovisor esperando una

entos —anda, tenemos que bajar aquí, según el GPS solo falta una calle— le palmeo el brazo, entendía que

que guardaba en su memoria, los recuerdos comenzaron a

na pudo ver la casa, estaba parado justo frente a la puerta de la escuela; pasaban muchos niños junto a él, pero seguía inmerso en sus recuerdos de ese lugar; no eran agra

posibilidades económicas, las dudas comenzaban a crecer en él; ¿porque no la arreglaban?; ¿Por qué dejarla deterior

expresión muy graciosa, otra niña

raída! — no presto atención a la pers

ue; la más grande se veía mandona; la pequeña se puso roja; se acercó una mujer que venía tras ellas, el supuso era su madre, solo sonrió apenada y pidió disculpas pero a

equeña que no dejaba de ver a Armando, sus mejillas

e había pasado, por un momento olvido lo abrumado qu

Fabián; era un hombre extraño; sabia no era hijo de su abuela, pero lo crio como uno; parecía tener algún tipo de retraso mental, estaba convencido de que si le

curiosidad a esos dos hombres parados frente a él; conocía a todas las perso

s en esa casa que le agradaban, siempre lo había tratado

diente a su condición, la última vez que Armando estuvo en esa casa tenía doce o trece años

ia curiosidad de que insinuara lo conocía, veía

ea el involucrarse con la familia de su padre. —no importa;

a mañana sábado después del medio día— cerro un poco la puerta, lo re

Cristian supuso lo que pensaba Armando, no lo dejaría no cump

ndo lo dijo en cuanto estuvie

a su amigo, iba a decirle algo más, pero una mujer que paso junto a ellos llamó su atención, te