bien? — preguntó B

y hace un movimiento

— Bromeó, tratando de mantener un buen humor. Volvió a

la capital — ofreció Jorge, hablando con la voz más normal posible. No podía demostrar que estaba conten

taba claro que a menos que tuviera muy mala memoria y no tuvier

atando de ocultar los sentimientos. Héctor le ten

e conhecerte,

o famoso que quiere salir con mi hija.

miró a su madre, que

edir formalmente la mano de tu hija para que sea m

o. Helena estaba claramente enamorada y lo último que quería Héctor era ser injusto, hacer pa

re su empresa, ya que Héctor parecía interesado y mientras Jorge hablaba

un hombre tan avanzado, con una mente tan a

staba orgulloso de mucho, pero

e como usted, que ha estado en el negocio durante tantos años,

esó su mano, sonriendo

s cuatro se dirigieron al c

ño fruncido, apoyado contra el marco d

llevarnos la comida! – preguntó Gr

zo a un lado

tavio. ¡La señorita Helena no te

¿Por qué tienes que

sopa a la mesa! – le dijo Antonia.

i m

Octavio antes de dirigirse a la mesa. Cuando lleg

l Helena era demasiado guapo y ella no creía que una tonta como Helena Go

uvo un

ar y el plato de sopa se derramó por todo su regazo, en los brazos de

corrió hacia su hija. Jorge ya estaba de pie, serv

lavarte en el agua corr

en,

a Helena del comedor, deja

que limpie esto, Anna! —

zo una reverencia y se fue apresura

a después de que la sopa se le cayera de la mano.

emasiado — Voy a llamar al

cias,

momento. C

que siempre era quien lo ayudaba cuando necesit

minutos, Jorge v

– preguntó Héc

onto lle

Héctor lo hizo a través de mensajes y luego puso su

pa. Soy su padre, así que perdóname por preguntar, pero... Si la conociste allí tan recientemente, ¿cóm

ncluso él, que conocía a Helena desde hacía poco tiempo, p

riamente a Héctor— Eso no lo puedo explicar muy bien, señor González. Solo puedo decir que estoy enamorado de ella com

casarse? – se rió H

do, señor. Fue amor a primera vista. Cre

a Jorge, pero supuso que el chico se refería a Blanca. "

s hablando. Blanca es la prueba de