img Un mensaje del pasado  /  Capítulo 1 Un mensaje misterioso | 11.11%
Instalar App
Historia
Un mensaje del pasado

Un mensaje del pasado

img img img

Capítulo 1 Un mensaje misterioso

Palabras:3497    |    Actualizado en: 18/10/2022

ítu

ensaje d

en la que apenas cabían ella y sus trastos. Pero su alegría y su optimismo no habían mermado ni tan solo un ápice. Acababa de entrar por la puerta el cliente más extraño que tenían, un hombre entrado en años, de cabellos blancos y ojos

mismo de siempre?, ¿un café muy carga

a se le ocurría pedir algo distinto, y lo hacía c

lgo- me encanta la tarta de cerezas que hace Mildred y que me l

soy una más, es tan fácil atende

y no te has enfadado nunca con migo ni tenido una mala palabra pa

sobrecito blanco y se lo dio a Margot. Ella se quedó muy sorprendida, creyó en principio, que se trataría d

años

una eternidad. Estaba muy unido a él, y había muerto muy joven, con tan solo sesenta años. Un ataque al corazón y…Lloró profusamente, con amargura y gritó para sacar de dentro de sí el dolor que tanto l

salir entre las nubes gris oscuro que amen

al desde que…-habló con

o allí. Se sentó y comenzó a marcar números de teléfono. Sus clientes comenzaban a estar en contacto con él. Debía mover un volumen muy gr

r a Rusia dentro de seis días y a Estados unidos en siete. Es un carga

arlo entre sus dedos vio que había algo dentro. ¿Cómo er

ue sepas que siempre fuiste mi único amor, y que me voy con

te sobre?, supongo que se le que

ón de la planta novena, la suya. Volvió a su mesa y siguió trabajando hasta que el hambre le avisó de que debería comer algo pronto para que su estómago dejase de gritarle. Las horas pasaron rápidas, y Harold bajó a la cafetería del edificio, allí comían sus sándwiches todos ellos. Pero al salir para tomar el ascensor observó

afuera y vio que todos traba

raba sobrevalorado no era para él. Aunque no estaría mal conocer a alguna mujer atractiva que pudiese enamorarse de él. -Se rio de sí mismo-, ¡que tontería!, -pensó-, ¿Quién se iba a enamorar

?, dí

nota suya en mis ma

én es

dificio Número nueve de la i

én, pero creo que no le conozco, ¿me lee e

scuchó al otro lado del teléfono, le ind

a pesada y desde luego de mal gusto, pero y

l gusto, podríamos quedar y le entregaría la

yó fueron eternos, pero la respuesta fue positiva, ella también

enes Fortnum and Mason?, tienen una tarta de

n ¿ a las cinc

evaré un abrigo beige y p

ro de tapas azules y una

empre acerados y bajo control se le rebelaban acelerando los latidos de

r manos hábiles. Este año le tocaba a Alicia en el país de las maravillas. Harold llegó quince minutos antes y a punto estuvo de llegar al tiempo mismo que lo hacía Margot. Ambos tenían por costumbre llegar algún tiempo antes, en concreto quince minutos antes de la hora. Apenas se había acomodado en una mesa discreta junto a la ventana, cuando un atento ca

r¿ es usted e

o que es usted l

yo, pero por favor

dente que acababa de estrenar aquellos precioso

no le conozco de nada, pero su voz era tan tranquil

rgot, aquí la tiene, -se la

r qué decir, era su letra, y ella no

no obstante no lea he es

os una broma?,¿o que quizás se trate de alguna

é decirle

camarero volvió para tomarl

mo que el caba

ajo con discreción. Era una mujer de esbelta figura, melena negra

erá qué

sido algo imprevisto y agra

nera-reconoció Mar

puso ante ellos, para dejar en el centro de la mesa un plato con sendos trozos de tarta

he, prefiero saborearl

e a servirle c

poniendo la palma de su mano para i

cita con una mujer y menos aún con una como aquella. La conversación, como correspondía a un buen par de ingleses, comenzó por el tiempo en Londres. Fue

o mucho señ

Madrid, es una ciudad sorprendente y m

erlo. -Se acercó a ella para decirle en una supuesta confidencia-, es un placer para mí, pero no

e y le imitó cual si re

otro tanto y sus sonrisas aumentaron en número significativo. Afuera comenzaba a nevar y pidieron otro t

Capít

se quedó perpleja, a

ue sepas que siempre fuiste mi único amor, y que me voy con

acosador…-pensó si

el, esto no es popara mí, -le dijo int

muy agradable justo cuando estaba a punto de salir de cas

a ni siquiera he tenido novio nunca, y me

la correspondencia de una mujer-y agrandó los ojos,

ebe ser un error, y mire al dorso hay unas cifras escr

es un número de

ver quién es, así

an presentado correctamente y po

e surge de la nada

r si era una broma de él, o le intrigaba en verdad aquella

hacer señor Essenor, y le com

mente puesta e

se burlarían, no, mejor lo guardaría en secreto hasta ver de qué se trataba. Se cambió y salió para coger el autobús que la llevaría a casa. No se percató de que acaecía a su alrededor, se encontraba ensimismada pensando en mil posibilidades y ninguna le satisfizo. Llegó a casa, a su pequeña buhardil

grave que evidentemente no

e…¿qui

rque ha llegado una sorprendente nota escri

utivo de Contry and Varyon.

mación de sorpresa se escuchó

nada tan incorrecto ni mucho menos pa

rnos y ver cómo resolver es

do, sería muy agradable

cinco?, llevaré un vestido de co

azul marino, de traje

na taza de té y veremos de qué s

en la pastelería de estos. Harold llegó en primer lugar, no resultaba correcto que el caballero llegase tras la dama. Se acomodó en una mesa justo en medio de la ca

la señori

que usted es

untó las piernas in

en la cafetería en que trabajo. Y él no la había escrito, al menos eso asegura…-le dijo sacando el sobre y deján

mi letra…-le reconoció- pero…no, no he

misterio y siempre he queri

sí, ¿de quién cree

ondres y nadie sabe mi direcci

nque lo parezca por mi as

ntras le hincaba el diente a

tó con su sabor

a tarta más que por el

tiene novia?-le preg

ino centrado exclusivamente en su

enido novio y por supuesto no he e

aro…-aseve

lmente atractiva y se movía elegantemente, aunque precisaría eso sí, de unas clases de modales para poder moverse entre los de su clase, tan acartonados como estaban. También necesitaría renovar su armario, y estaba pensando que quizás lo hic

traje gris perla y una camisa blanca. La corbata fue de un color más atrevido, granate. Bissent, su ayudante le sirvió el desayuno en el salón principal y después le ayudó a meterse en el coche que cada día le llevaba hasta su cafetería favorita. Aquel día iba a ser

legado, lo hacía dos minutos exactos después de él siempre. Pero no la vio. Se sentó e

omara e

osero con usted, pero esperaré a que llegue la seño

gesto de desaprobación. Estaba segura de que conseguiría u

nte y corrió a cambiarse. Llegó jadeando

o me atenazaba señorita Margot. -se le acercó para susu

a y quizás quiso aprovec

do amigo Marg

iento,

tú se lo ruego, yo haré lo m

timos un secreto y eso es lo

etectivesca, pero me gusta Mar

le, esta noche no he podido dormir, pero c

ént

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY