* * * * * * * *
* * * Leo * *
s ahora —le pido al beber un p
nuevamente; sin embargo, tenía la habilidad para no demostrarlo. Aunque, pa
casa —le solicito
ra obvia—. ¿Acaso crees que te daré el gusto de formar un escándalo para q
l tiempo en que llevo una de mis manos hasta una de sus mejillas; y la acaricio—. Te amo, Norka —le recuerdo como cada día— y quiero que, al menos por esta noche, d
é—. ¿Acaso seré yo la que reciba algún premio? —interroga frontal—. No, claro que no —se responde así misma con cierto ápice de frustració
toy haciendo eso
ir sonriendo (fingiendo que man
uro—. Tú y nuestros hijos son los que me motivan a ser mejor cada día; sin
—. Pero, al fin y al cabo, el único que recibirá los elogios y to
cualquier lado, menos en mí—. Los elogios y la atención son lo que menos importan aquí, Norka —manifiesto un t
me pide en tono
ranquila, que la pasemos bien y que luego regresemos a casa, acostemos a Fabrizio y Franco para de
—me pide al gi
epito—. Sin discusiones… —exhalo suave
na ella al seguir manteniéndose a la defensiva; y luego, sonríe—. Como si la mía
ecir con eso? —
mi mentón con suavidad—. Tú sí que vives en otro mundo —añade burlona—. Haber, cuéntame más de ese mundo —solicita con div
urro al mira
uir con la mirada fija en mí— ¿Somos muy feli
diendo o, tal vez, sí, pero no
la nombr
son normales en ese mundo? —i
nquiero con cierta molestia y a
ra después, beber de su copa de champaña—. Vaya… —sonríe— para ser el empresario del año, n
er un comentario de ese tipo
te digan que no e
que vuelvas a referirte a nuestros hijos de esa mane
a—, pero no por eso Fabrizio deja de ser raro
com
esto en la casa
qué, Norka? —c
uieres hacer
enos me importan ahora, Nork
oridad al retarme con su mirada cargada de molestia para
uería. Tal vez, no era el lugar y momento apropiados, pero… si no lo hacía ahora,
stro matrimonio? —cuestiono frontal— ¿Eres… tan infeliz a mi lado? —agrego; y aquella d
saber eso? —interro
sto de man
s… —alarga—,
de mi hijo mayor; así que me giro a verlo—. Como te dije, no demo
iente—. Bueno, tomen sus lu
iéntate al lado de papá —le pide; y
tuyo Luciano —le indica al mirarlo con seri
ijo menor empieza a bajar de la s
y yo al mismo tiempo bajo la a
es solo un lugar —añade relajado; y luego, va a tomar el asient
hijo—. Siéntate —le pido g
—comenta Franco—. Felicitaci
e contesto feliz par
principal, el cual había tenido el honor de recibir. Cuando me llamaron, me acerqué a la tarima de presentación y di mi discurso de agradecimiento a todos mis colaboradores y colaboradoras, así como agradecí, de manera e
n dejado entrar para entrevistar a los ganadores, acorralaron a mi familia tanto como a mí. Ante ello, respondí a u
… —alargo— si nos disculpan, mi familia y yo queremos empe
lo último que queremos son amigos celosos de la prensa —bromea y l
hi —toma la palabra otra reportera—. A usted y a to
a, inmediatamente, posar junto a mi familia para que las p
ente y nos disponemos a caminar hacia l
ien Max no era su tío, él (al igual que
n un fuerte abrazo— ¡Caramba! Cada vez que te veo, s
ax —le recuerda mi hijo de form
lo único que le responde para d
mano para estrecharla y al dar suav
vía luchando para que te den un depar
r al segundo año de la universidad
abrazarte? —le pregunta al colocarse de cuclillas;
no que lo levanta del suelo y lo carga en sus brazos. Yo n
saluda mi amig
go no le afecta, ya que solo se limita a sonreír—. ¿Dó
bio y Clarisse está en Milán terminando de organizar t
mi esposa— Bueno, iré a tomar a
rá la tía Clarisse
forma Max con una gra
roga Luciano al di
—precisa mi amigo—, pero ni bien regrese, te
quedarte un momento con tus hermanos? —le preg
ro,
x baja a Fabrizio de sus brazos para poder empe
? —cuestiona al estar
roblemas —preciso; y aquel
ia el jardín de la mansión que, por esta noche,