n sus poderes de sacerdotisa, se metería más en el asunto. La poli-cía había determinado que, por consumo en exceso de bebidas energéticas, el corazón de Kevin se había agitado de tal maner

a nueva que des

te dejes amedr

que faltaban cinco minutos

i es hor

e avisaste a Edward

rá esperando

Algún cambio de

cionista mayoritar

rofesor

su abogado y a s

las más…

ic Hart y su represen

n her

on tres. El otro se llama William Hart, pero

Charles Javelly? – pre

tiene familia. Pero está muy grave por la pérdid

roblemas, no importa q

untas. Se sentó en la silla que presi-día el consejo esperando

querida? ¿Me

or entre sus mano

o sé a qué demon

nes antes de que tus padres fallecieran para estar siempre cerca

ejerciendo Medi

les. ¿Por qué no aceptas que nuestro destino es estar juntos? – El pelinegro i

das amor, cariño y confianza. Mejor dime de una vez el precio

. Jamás las v

onistas llegó y se sentaron para dar inicio a la junta. Iban a co

ine-gro, vestido de traje negro y lentes oscuros, cabello negro azabache y peinado igual que él, c

él es Dominic Hart.

la primera y última vez que

ó los lentes y miró con interés a Alanis que se fijó en él con cu

última vez

rafías de paparazzis. Incluso, más hermosa. Definitivamente, se ganaba a pulso su apodo de “La Reina”. Después, analizó a Dylan Serway. ¿Sería cierto lo que decían en el bajo mundo de él? ¿Qué era un huérfano que de la nada se había hecho de una fortuna considera-ble por estar metido en cosas de ocu

e reconsider

nada que r

– Ethan Hart se acercó y se i

e no lo llaman. –

no moleste

ola. – Alanis apro-vechó el m

e accionistas, más vale que no te meta

a reina. – aclaró Eth

y se acercó al

agas si quieres seguir

. Ethan y Dominic

ese es Dyl

ominic.

elly tenga razón en todo lo

de amenazarme sólo por

igué que Kristen, la princesa, no tiene ofici-na aquí,

menos ya s

ustan los

anos se vier

Wil