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Historia

Capítulo 5 5

Palabras:2570    |    Actualizado en: 17/02/2023

nde una nota co

mergencia, ¿podrías ir y reco

la inmensidad de los terrenos, pareciera que estoy dentro de un campo de golf con todos esos jardines y árboles que separan una mansión de la otra. El taxi arranca tan pronto

árboles. A mi lado izquierdo hay un timbre, en la nota no dice si tengo que llamar a la puerta o esperar afuera. Presiono el botón y espero. Inmediatamente

ofrece algo? —pregunta

ido de soltera desde que pasó lo de mi padre, yo no he podido deshacerme de él,

enos recuerdos y

clama—. Sigue el camino

r. Ahora puedo ver un poco más, pero el follaje de los árboles sigue ocultando lo que hay detrás. Me tardo unos minutos en lleg

alcones y, en el centro, unas escalerillas que desembocan en una puerta de madera labrada. Bordeando la casa hay jard

amable, cierra la puerta y baja las escaleras sin dejar de llamarme

rando —dice—. Vamos por la puerta de atr

ajos de mamá, la mayoría de los clientes mandan a sus trabajadores a atenderme y rara vez abren la puerta principal, algunos ni siquiera

Becky, p

pondo vien

l patio trasero. No me da tiempo de fisgonear, la señora me da un jaloncito en el brazo para que ingrese a la casa. Me

arto de lavado —dice mientras camina

entre tantos muebles ostentosos y un frigorífico pequeño; del otro lado de la barra, empotrados a la pared, están lo

uego me doy cuenta de que los pasos provienen del exterior de la cocina. Alguien entra s

u rostro son inconfundibles. Me quedo estupefacta, contemplándolo. Está usando bermudas negras y una

haber imaginado que era su casa o quizá no, ¿yo cómo iba a saberlo? Mi corazón l

sirve agua y, después, silencio. No me muevo, ni siquiera para respirar, pues temo que me descubra. Apr

s escondidas o debo

od

o me topo con esa masa de músculos bien trabajados, me cuesta trabajo no escanearlo, cual

onoce, su comisura derecha se alza y forma

e ronco me hace tragar saliva, espero que no pueda notar lo nervi

ace recordar a cómo me miraba el viernes mientras bailaba en el escenario, lucho con las

ecky, no puedo responderle como se merece por

n convertirse en diseñadora de modas, después se casó con mi padre y todo se vino abajo, tuvo que abandonar la escuela y su sueño. La madre de Dan es Helen Adams, la dueña de la bouti

s salgan de mi boca, pues mi madre podría perder un gran cliente. Un

i cocina? —pregu

ara encontrarme con los suyos. Verlos de lejos no se puede comparar a verlos a escasos

, respirando hondo para calmarme, aunque no sé si es

Y

que me impide seguir a Becky, Dan Adams está fre

cky o pensaste mi propuesta y viene

ngua para no so

chupárte

escarga me hace temblar, mi cuerpo reacciona al suyo. Mi resp

unos cuantos centímetros, lo suficiente pa

meto entre tus pierna

. ¿Cómo era que se respiraba? Hay algo llamado prudencia, pero tal parece

del Senador muchos ojos están puestos sobre él y sobre todos sus movimientos. No soy mucho de escuchar

n medio —digo

al mismo tiempo, Becky está cargando una caja y lo

y deja de bloquear el pasillo para que la señora pueda unirse a nosotros en la cocina. Él le ha hecho caso a l

á y por fin de dejará en paz, me enf

o ha te

úsculos de su espalda mientras camina hacia la sali

rdad? —pregunto antes de

chasquea

Dan es así, ha tenido todo en la vida, no está acostumbrado a que le digan que

cio más para mí

¿Vienes con alguien? Puedes decirle que entre par

ré en

nce, al igual

se llegase a enterar que permití que te fueras así. —Niega con la cabeza, algo en su t

jo que no me ha impactado saber que hay casas secundarias en este lugar. Minutos despué

No trae auto y necesitamos que l

exclama, alegr

acia el exterior por la puerta trasera. Lo sigo, preguntándome cómo estas personas tan

e distancia. Yo no sé de autos, pero no es la camioneta de Dan, y s

automóvil, y se espera hasta que entro para cerrarla. El interior huele a

e pone una especie de boina que me parece

voy a lleva

o, una vez que arranca y salimos de la gran mansión, me relajo. De

¿cierto? —pregunta él con amabilidad,

po

cuando entré l

tiempo trabaja

scuela y para recogerlo, la señora y el señor siempre fueron personas muy ocupadas.

e mi madre se levantaba muy temprano y arreglaba mi cabello, luego preparaba el desayuno, me ac

arme y una mujer de cuidarme. Pensar que tiene cualquier cosa que deseé, pero no la presencia d

soy egoísta, no voy a negar que me gustaría tener sus posibilidades para poder ayudar a mi her

guntarle más, tampoco quiero qu

a caja. Mamá ya está en el exterior esperándonos, me da una mira

. Él asiente y sale de la casa, saca

sta, así puedo pasar por ella o

os movemos hasta que se marcha. So

ocarme… Iré a comprar hilos caros y agujas que no maltraten

mal le dirán a otras personas y

obre sus hombros y

lo vas a h

ue le diga que se trata de una diseñadora famosa en la ciudad. Dejar

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