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Historia

Capítulo 2 La noche estrellada

Palabras:1735    |    Actualizado en: 14/07/2023

aba con sus dibujos en silencio… El profesor observó los ojos celestes de la mucha

hipnotizada por la mirada del profesor—. No recuerdo

surró mientras bajaba la mirada—

áticas, si se está con alguien poco habilidoso —susu

netrante mirada del profesor, decidió dirigir sus ojos hacia el lienzo en blan

Mia observó cómo el profesor se acercaba tanto a hombres como a mujeres y les daba

paldas y observó los t

ra el arte observaba con detalle los trazos tembloros

ponder, así que se

a hablar con usted, si es po

suspiró, bastante afl

rtura para ella. Pero, al final de la clase

do, o en desacuerdo, con los métodos de enseñanza del profesor. Mia esperó a

frod? —le preguntó. Rhian la

or favor —le pidió, acercando una

os entre sus rodillas, cerr

—empezó e

as mejillas totalmente sonroj

pregunta indiscreta, pero... ¿es usted vir

sus mejillas ardieron aún más intensamente. El ambiente se volvió tenso, y el silencio se hizo opresivo

apropiada, invasiva y completamente fuera de lugar. Mia se sintió vulnerable y ave

los ojos verdes claros del profesor. Su mirada continuaba siendo

alguna confusión, pero considero que e

a que en mi clase pretendo que traspasen los límites de lo “moralmente apropiado”. El arte es subjetivo, una demostración de anarquía y de subversión. Si usted es virgen, o no, no me interesa en lo personal, pero sí me interesa qu

udo aún

y juntando sus artículos personales—. Cuando vaya a su habita

n entender a q

diciend

de Dios? Ya sea que, haya sido de manera natural o gracias a la ciencia, hubo un hombre en el medio, que tuvo que mas

bargo, considero que es importante mantener un

l profesor—. Y no voy a obligar a un estudiante a hacer algo que no desea, pero ta

a seguía allí sentada, mastica

sus cosas y se retiró

desde hacía tres años. Cuando entró no encontró a Cherry, pero sí encontró la mitad de la habitación totalmente desordenada, como de costumbre. Las pertenencias gótic

se sentó en el borde de la cama, recordando

otro profesor que se adapte a lo que ella consideraba que tenía que ser un artista serio y pr

. Puso seguro a la puerta para evitar que, cuando

ama y se metió en ella. Al menos así evitaba que Dios viera que estaba cometiendo un pecado. Se quedó un pa

La suave caricia de sus dedos en contacto con la piel tersa y blanca le gustaba… Era como descarg

ue pocas veces lo había sentido. Sólo en dos ocasiones: en su primer beso y cuando su exnovio le besó el cuello. Pero ella, temerosa de continuar, l

experimentar la fuerza de sus propios dedos contra ellos. Un gemido se escapó de sus labios en compás con la respiraci

n camino hasta su ombligo,

abía enseñado. Pero no podía encontrarlo… Era como encontrar una aguja en un pajar… Pero en su búsqueda, encontró otra

pocas veces lo había visto… Ese mismo néctar que Trini

er, untando hacia arriba un poco de esa du

ada roce. Las sensaciones eran nuevas y abrumadoras, pero Mia se dejó llevar por el placer que estaba experimentando. Sus movimientos se hicier

Su respiración se volvió agitada y sus gemidos escapaban de sus labios sin control. Mia

la velocidad y la presión de sus movimientos. Sus caderas se movían en arm

adas de placer la envolvían por completo. Un gemido de satisfacción escapó de sus labios, y su cuerpo se relajó en un

la invadía. Se sentía viva, por primera vez en su vida. No podía creer que había dejado pasar tantos años para descubr

una sensación extraña en el cu

agradecerle al profesor

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