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Historia

Capítulo 6 No puedo perderla

Palabras:1762    |    Actualizado en: 09/04/2023

Cas

zos dorados y siento un nudo en mi garganta. No l

oz que me hizo sentir de dos maneras; una me erizaba la piel y la otra me hacía sentir segura. En ese momento que me envolvió en sus brazos, me sentí abrum

legamos

a. Encontré una delgada tarjeta con un número celu

e pude, ya que Anthony ven

oca eso en

o sus galletas con su leche, tanto que comió que quedó muy llena y se du

á Anthony apoyado en el marco de la puerta, está vestido deportivo, ¿irá a correr? Me incorporé ráp

de manera firmé, mi

s anoche Alana y yo. No logro llegar al suelo

tan estúpida,

Me han llamado, y me reintegró nuevamente al

o nuestra vecina, Mel, la lleva para la guardería en la que ella trabaja y solo algunas veces al parque. Mel es más que una vecina, es mi mejor amiga, aunque a veces, no logré comprenderme.

ue nunca podré escapar de las garras de Anthony, él s

ue salir —apretó su mandíbula

biarme y me toma del brazo con fuerza

lico, y mis manos

mi mujer, eres mía! ¡Es

, me llevo a su habitación

la ducha, al escuch

oja y los dedos de Anthony s

s, asegurándose que no esté el monstruo. Abro mis brazos para que corra a ellos, y no lo duda

ener mis lágrimas qu

quito de jabón que me cayó en los ojos —le ex

sé qué decirle. Sus ojos azules me ven fijamente, pero es ella la

lleve? No tengo dinero, no sé dónde está Antho

mpiezo a dejar besos en su cuello—. ¡No, no!, ¡Mami, n

i mi

tido de flores, unas zapatillas doradas y trence su cabello en forma de tiara. Salimos de la casa ya van a hacer las 9:

con una sonrisa gigante en sus lab

Mel es una señora de cuarenta y algo, sin embargo, no los aparenta, vive sola no tiene hijos. Nun

sus piernas y, ella

la fiesta de hoy,

comer muchos dul

enada. Ella me guiña un ojo y rebusca en s

ami me dejó encargado hacerlo e

alegría y Mel le dice que suba a su coche, me que

que signific

jilla y sonrió por lo que dice, desde q

subirse al c

está justo al lado de su coche, sus cejas están f

brusca, su madre llega a nuestro lado y

ca ir con Mel —le explico sin mirar sus ojos

bien. Es mal ejemplo para mi

persona. —respon

e su coche y me da un fuer

e razón… —murm

arte baja está compuesta por; una gran cocina y sala de estar, más un baño de visitas. Las paredes son beig

scullo en entre dientes, mie

cuando su madre viene, las cosas no termi

ombre de Alana, mi pecho late fuerte. Busco en la

pués a Anthony me coloco la bandeja pegada a mi pecho esperando qu

ará a Alana, dent

o. Pueden l

a con fuerza, mis piernas están temblando, pero me mant

jamente, sin miedo. Mi hija

brieron de golpe. Anthony estrella el

a mi madre!? —Me toma del br

o, así como lo fue su padre. Y tú la tienes

en el agarre de Anthony. Lo miro con mis ojos ll

se la llev

lla es mía. Al que usted se refiere como su padre, ni la reconoce como tal y, ni siquier

que Alana solo l

e. Él me lanza al sofá, pero

s —posa su mano la parte ba

con lágrimas en los ojos—, Alana, es mi hij

re mí, pero su madre coloca su brazo pa

a el registro y nuestro apellido —me escupe con superioridad y me siento tan poca cosa—, tú no tienes ni dónde caerte muerta, más bien agradece que l

ro acurrucada al sofá. Nada más escucho el portazo,

do per

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