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"Tania y yo no queremos dejar de ser novios, queremos seguir juntos y ambos sabemos que tenemos necesidades fisiológicas que necesitamos satisfacer. Es por eso que tener una relación abierta es la solución perfecta para nosotros" Dario nunca imagino que esas palabras por parte de Aless, su mejor amigo, lo iban a cambiar todo.
DARIO
-¿Relación abierta? ¿Estás hablando en serio? -cuestioné sin poder creer lo que Aless me estaba diciendo con tranquilidad, es más, no se veía ni siquiera ofendido o enojado por la oferta que le había dicho Tania hacía apenas media hora, se veía incluso emocionado por tener que compartir a su novia con otro chico.
-Claro que estoy hablando en serio-contestó mi mejor amigo mientras atravesaba mi dormitorio, para sentarme a mi lado, ya que se dio cuenta de mi aturdimiento, incredulidad, o quizás era por mi mirada enloquecida.
«Pero en serio, ¿Qué esperaba realmente? No era una petición normal entre novios como para tomarla de manera tan a la ligera»
No respondí con la emoción que esperaba, ni siquiera pude decir una sola palabra, me encontraba por completo mudo de la sorpresa, y mi silencio llevó a que Aless dejará de sonreír.
-Por favor entiende, Dar-pidió mi mejor amigo con suavidad mientras subía su mano a mi frente e intentaba borrar mi ceño fruncido, para luego verme con una sonrisa relajada-. De esa manera Tania y yo no tenemos que romper cuando me vaya de gira.
Ésos ojos grises me miraron en busca de entendimiento o alguna compresión de mi parte. Lo que era una locura, Aless no debía de preocuparse por lo que yo pensará sino por lo que su novia iba hacer en el futuro, ¿siquiera sabía que significaba relación abierta? Ella iba a ver alguien más y no solamente para conversar, y lo que era peor, también él lo iba hacer.
«¿Acaso no había dicho que Tania era la mejor novia que había tenido en su vida? ¿Por qué deseaba probar más?»
Pero por la forma frustrada y esperanzada en que me veía, era evidente que estaba decepcionado por mi nula emoción.
«Se le ha zafado un tornillo, no hay duda de eso. Sabía que tantas peleas podían ocasionar alguna lesión craneal, sin embargo, pensé que su cabeza dura iba a hacer que estuviera a salvo de esos detalles. Pero por lo visto, no fue así», pensé con acidez. Quité su mano de mi frente, ya que era un poco frustrante continuar molesto con su toque interfiriendo en mis expresiones faciales.
-Entiendo. Casi...-murmuré. «La verdad no, no entendía nada, ¿Cómo podían tener una relación en donde ambos se engañaban mutuamente? ¿Acaso no sentía celos de que su novia estuviera con otro chico?». Mierda, incluso yo me sentía celoso y ni siquiera estaba involucrado en la relación. Pero ¿Qué podía hacer para decirle que era una mala idea y que él no podía tocar a otra chica, aparte de su novia? Suficiente tenía con ella, ¿Para ahora agregar más chicas a la lista? Sabía que era irracional pensar de esa forma, pero no podía evitarlo. Mi corazón estaba siendo empujado al acantilado y sabía que iba a ser dura la caída si me seguía aferrando a algo imposible. Además, ¿qué le costaba a Aless no ser tan sociable? ¿Por qué tenía que ser tan coqueto? ¿Por qué mierda no le gustaban los chicos? No estaba pidiendo que se volviera gay por mí, pero al menos un poco de duda no vendría mal a mi ego.
Suspiré de forma audible y busqué alejarme de Aless. Sobre todo, porque quería pedirlo a gritos que me mirará, que no tenía el caso de que estuviera con alguien más aparte de mí, pero no podía, por una razón y muy importante: Aless no era gay.
Además, no era como si Aless tuviera la culpa de que estuviera enamorado de él. Yo había sido el culpable al no cortar de raíz esto, por no alejarme y en vez de eso, seguir alimentando el sentimiento de posesión, y más cuando sabía que era algo que no iba a pasar nunca.
Ahora por culpa de mi masoquismo, no solo tenía que soportar ver a Aless besando a Tania por todo el campus sino también que lo haga con más chicas mientras durará la gira.
«Este mes iba a ser un infierno»
Aless detuvo mi huida al rodear mi brazo con su mano.
-No, no te vayas-pidió con suavidad y se acercó más a mi cuerpo, prácticamente tocando su pierna con la mía-. Mira, sé que es algo raro para muchos... como si quisiera borrar la distancia que había colocado entre los dos.
Solté un bufido.
-¿En serio? Ni siquiera me había dado cuenta de eso-interrumpí sonando malhumorado, y al mismo tiempo nervioso por ver que no había ni un solo centímetro de separación entre nuestros cuerpos.
Su dedo fue a mi mandíbula y me hizo verlo.
Lo vi con toda la ira que pude reunir, pero en menos de un segundo, dejé de fruncir el ceño, sobre todo cuando sentí el roce de su piel con la mía. Era demasiada distracción que no pude concentrarme en lo que mi mejor amigo tan intensamente me estaba diciendo.
Como si necesitará mi atención de manera urgente, Aless tomó mi rostro entre sus manos, haciendo que quedará estático en mi lugar y petrificado al observar sus ojos.
Pude notar de que había diversión en sus ojos grises.
Tuve unas ganas inmensas de golpear su rostro o besarlo, que era algo todavía peor. Si no supiera que Aless podía darme una golpiza por una de las dos opciones, estaba seguro que lo hubiera hecho hace mucho tiempo.
-Mira...-Aless empezó a jugar con mi cabello de manera distraída, como siempre lo hacía cuando estaba pensando en algo y continuó diciendo-: Tania y yo no queremos dejar de ser novios, queremos seguir juntos y ambos sabemos que tenemos necesidades fisiológicas que necesitamos satisfacer. Es por eso que tener una relación abierta es la solución perfecta para nosotros.
«Queremos, tenemos, sabemos, nosotros ...era realmente frustrante como Aless veía su relación con Tania como si ya fueran uno». Apreté mi mano libre en un puño. Pero de inmediato relaje mi mano. No quería que Aless se diera cuenta de que estaba molesto. Eso lo haría hacer preguntas que no quería contestar. Por el bien de nuestra amistad, era mejor que no las hiciera.
-¿Darío? ¿Me estás escuchando?
Me obligué a prestar atención a lo que decía mi mejor amigo. Pero mi vista se trasladó a sus ojos y luego a su boca, una maldita costumbre que tenía cuando lo tenía demasiado cerca, y lo peor de todo, el estúpido cosquilleo que sentía en la parte baja de mi cuerpo y todo por culpa de sus tactos inocentes.
Alejé su mano. Pero Aless no dejó que lo hiciera y tomó más fuerte mi rostro e hizo que nos acercáramos más. Ahora estábamos a unos pocos centímetros de distancia.
No tuve la fuerza para alejarme, y menos cuando podía sentir su respiración acariciar mis labios. Sabía que, si me hacía adelante, imitante una especie de accidente, podía hacer que nuestros labios chocaran. Sin embargo, lo que me detenía de hacer ese acto imprudente era que Aless me fuera a rechazar, o peor aún, que me viera con asco.
Alcé la vista y miré a mi mejor amigo a los ojos, de manera fija, y esperando que no se notará el hambre que sentía.
-Sí, te estoy oyendo -mi voz no podía oírse más neutral, intentando no mostrar ningún signo de excitación.
-Bien, ¿Qué opinas entonces?
Parpadeé varias veces sin entender que estaba preguntando.
-¿Qué opino de qué?
Aless me quedó mirando de forma malhumorada.
-No eres divertido, ¿sabes?
Sonreí, pese a las circunstancias, e hice todo mi esfuerzo en recordar de que estábamos hablando.
Tragué saliva.
-Fue idea de ella, supongo que está bien-contesté con tranquilidad.
-Sí, ella está feliz igual que yo, es solo que tú no pareces feliz con la idea-dejó de sonreír, para mirarme serio-. Eso no me gusta. Me hace sentir...mal.
No era el único que lo hacían sentir mal está situación. Sin embargo, las razones de ellos no tenían nada que ver con la mía. Las mías eran por razones personales y muy egoísta. No tenía nada que ver con ellos, y al mismo tiempo sí tenía que ver con Aless.
-Me preocupa que lo lamentes más tarde-dije de forma tardía, más que nada para quitarle el semblante preocupado a Aless-. No quiero verte sufrir.
Eso era verdad. Pero también me preocupaba no tener el control sobre mi amor y terminar haciendo una escena que me delate delante de él.
-No lo hare-aseguró Aless volviendo a sonreír y sonando aliviado-. Ella dice que me quiere mucho y que no desea perderme por algún error que yo vaya a cometer, por ya sabes, mi problema...así que Tania dijo que podía tomar cierta libertad en mis viajes y ella podía hacer lo mismo estando aquí en el campus.
Estuve a punto de preguntar sobre "su problema". Pero de inmediato recordé a qué se refería. Estuve a punto de poner los ojos en blanco, ya que el problema, cómo Aless decía, era realmente que tenía una libido demasiado alto. Era muy posible que él pudiera estar todos los días y cada tres horas en la cama con Tania si tan solo ella se lo pidiera. Para mala suerte de mi mejor amigo, su novia no sufría del mismo problema. Así que eso siempre lo hacía entrenar demasiadas horas, una forma de liberar la frustración sexual continua.
Quizás lo de "relación abierta" había sido cómo el santo Grial de Aless, de ahí la emoción que sentía cuando me lo había contado. «O quizás solo buscaba una excusa para tener más chicas»
-Pienso que está mintiendo-solté celoso y un poco enojado mientras alejaba la mano de Aless y me levantaba para tomar agua fría del minibar, ya que me había calentado demasiado con la cercanía de mi mejor amigo-. Nadie querría saber que su novio está teniendo sexo con otra.
«O en mi caso, mi mejor amigo»
-Ella es de mente abierta.
«No lo dudo», pensé mientras abría la puerta del minibar.
Realmente Tania no era una mala chica o buena, para el caso. Más bien, le encantaba atraer la atención de los chicos sin siquiera importarle que fuera novia de Aless. O quizás Tania no sabía lo deseable que era Aless para cualquiera.
Lo que se que fuera, Tania usaba su popularidad para seducir a algunos chicos. Esto ya se lo había dicho a Aless, e incluso pensé que iba a terminar con ella cuando se lo había confesado, pero realmente no fue así. Mi mejor amigo solo se rió. "Es lo normal, ella es hermosa", había dicho entre risas. Intenté decirme que no era mi problema, que Aless era un idiota por permitir eso. Pero me molestaba ver qué mi mejor amigo quería tanto a Tania que no parecía importarle que coqueteara con otros chicos enfrente de sus narices.
Solté un suspiro mientras tomaba la botella de agua.
-¿Por qué no mejor acompañarte a tu gira? Así como lo hago yo-dije, enderezándome mientras destapaba la botella con mi mano-, si hablo con el entrenador, estoy seguro que puede ayudarla a que se una al equipo de asistencia. Así estarían juntos todo este mes.
-Ella tiene algunos deberes, no puede ir conmigo.
Lo miré con irritación.
-Yo también tengo deberes, y aun así estoy acompañándote.
-Pero tú eres mi mejor amigo, sabes que no puedo estar lejos de ti cuando tengo una pelea-Aless se levantó de la cama y comenzó acercarse-. Eres mi amuleto de la buena suerte.
-Debes de cambiar de amuleto-murmuré mientras veía como Aless tomaba la botella de agua de mis manos y comenzaba a beber-. Ella es tu novia.
Aless asintió con la cabeza.
-Lo es-dijo al terminar el agua y me vio con seriedad-. Pero la suerte no puede reemplazarse...-se encogió de hombros, cómo si no pudiera luchar contra el destino.
Mi corazón empezó a latir por su declaración. Porque, aunque Aless jamás iba a corresponderme cómo quería, siempre iba a querer tenerme a su lado en cada encuentro.
-Pienso que están cometiendo un error-dije con un nudo en la garganta volviendo a donde estaba sentado antes.
Aless me siguió y se sentó a mi lado.
-No porque hemos establecido algunos límites-comentó mientras colocaba su brazo en mis hombros.
Mi corazón empezó a latir con fuerza.
-No sé si quiero escuchar esto...-contesté con lentitud y volteé a ver a mi mejor amigo-, pero está bien, dime, ¿Cuáles son sus límites?
Aless mostró una sonrisa llena de triunfo.
-Solo serán en las giras, en el campus no se puede.
¿Y solo por eso estaba feliz?
-Un gran limite-solté con sarcasmo, sin poder evitarlo-, ¿y cuáles son los otros? Espera, déjame pensarlo, no enamorarte de ninguna de ellas. Cliché.
Aless se rió en voz baja mientras me miraba con fijeza.
-No, no me dijo eso, además no creo que pueda encontrar a una chica tan hermosa como ella. Así que básicamente eso fue todo.
No creo que pueda encontrar a una chica tan hermosa como ella, volví a repetir en mi mente. Claro, una chica...realmente era masoquista. ¿Por qué siquiera sigo esperando algún cambio de que diga alguien y no solamente mujeres?
-Bueno, si eso les hace feliz. -dije quitando el brazo de Aless de mis hombros para acostarme en la cama y coloqué mis manos en mi estómago.
-No te preocupes, Dar-comento Aless acostándose a mi lado mientras volvía a tomar mi mano y entregaba nuestros dedos -. Sin importar cuanta atención tenga en este, siempre tendré tiempo para ti.
-No estoy preocupado por mí, sino por ustedes, idiota-«era un vil mentiroso»
Pero ¿Qué podía hacer? Realmente nada.
Solo resignarme.
«Maldito mes de infierno que se avecinaba». Solo esperaba que sucediera demasiado rápido para incluso sentir dolor. Aunque sabía que eso era imposible.
Iba a doler, y mucho.
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