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Marco De Luca fue educado con un objetivo claro: aniquilar a Antonio Cavalli. Su primera víctima será la hija de Antonio, Fiorella Cavalli. El rencor que siente hacia esa familia es tan intenso que no le importará dañar a una inocente para lograr su venganza. Un matrimonio arreglado se presenta como el plan ideal para comenzar su misión, sin imaginar las impredecibles consecuencias que esto traerá consigo.
-Por Dios, niña, harás que me dé un infarto si no es que el señor Antonio me asesine antes.
Catalina me reprendía mientras entraba por la puerta de mi alcoba después de haber vuelto del establo donde estaba con Luna, mi yegua. Todas las noches escapaba a ese lugar para salir un rato, dar un paseo y respirar aire fresco, lejos de esta mansión que parecía una prisión.
-Nana Cata, estoy bien -indiqué después de haber entrado a la habitación, y ella comenzó a revisarme de pies a cabeza.
-No puedes seguir haciendo esto, ya no eres una niña -sus regaños continuaban-. ¿Te has puesto a pensar qué pasaría si tu padre se entera de que todas las noches te escapas en tu caballo? ¿O tu madre? Asesinaría a todo el personal, incluyéndome, por no tenerte quieta en ningún momento. Sabes que él es capaz de eso y mucho más por ti.
En algo sí tenía razón; mi padre nunca se tentaría el corazón para asesinar a alguien por mí. Debería pensar en los demás y no solo en mí.
Pero estar encerrada en esta enorme mansión me estaba consumiendo hasta casi volverme loca. Quería salir, ser libre como el viento. Pero eso era imposible para mí, era una Cavalli y tenía prohibido salir si no era con vigilancia.
Aunque tuviera una vida llena de lujos y sin faltarme nada, con una familia que me amaba y me protegía, no todo era perfecto.
Después de los regaños de Nana Cata, tomé una ducha para irme a meter a la cama. Mañana me esperaba un día largo.
Al día siguiente me arreglé para acompañar a mi madre al hospital infantil donde ayudaba con caridad a muchos niños enfermos. Amaba hacer esto; era una de las tantas cosas por las que me gustaba ser una Cavalli. Mi familia siempre pensaba en ayudar a los más necesitados, y mis padres me enseñaron a cumplir con el mismo deber que todos los Cavalli han hecho durante décadas.
Estaba orgullosa de mi familia, de mis padres. Para mí, era un orgullo llevar el apellido Cavalli con la frente en alto.
-Ve a darte una ducha y ponte más bonita -pidió mi madre después de bajar del auto mientras entrábamos a casa.
-Madre, no quiero estar en esa cena de negocios, sabes que eso me aburre demasiado. No me obligues, por favor -me quejé con una súplica.
-Fiorella, obedece por favor lo que te he dicho -sin discutir más, se alejó, dejándome ahí.
Odiaba estar presente en esas cenas, en las que me obligaban a estar siempre que había una. No sé por qué razón tenía que asistir; yo no sabía nada de negocios y tampoco es que quisiera saber.
Cerré la puerta de mi alcoba con frustración. Pero antes de dejarme caer en la cama, mi revoltoso pequeño hermano saltó sobre mí.
-¡Bu! -gritó mientras saltaba, haciéndonos caer juntos en el suave colchón.
-¡Ah! Mi pequeño hermano revoltoso quiere cosquillas -él negó, pero yo lo ataqué hasta hacerlo retorcerse de risa.
-¡Para, Fiorella, para! Me rindo... -agregó con dificultad-. No es justo -hizo un gesto cuando se quejó-. Yo quería asustarte.
-Eso es imposible, hermanito. Te conozco muy bien.
Volvió a hacer otro gesto y se bajó de la cama de un salto. Vi cómo se acercaba a la cómoda lentamente y disimulando, y de repente tomó mi móvil y gritó antes de salir disparado.
-¡A que no me alcanzas!
-Pequeño demonio, ya verás -contesté, y salí detrás de él-. Vas a ver cuando te atrape -vociferé.
Lo seguí por el pasillo como pude. Madre me regañaría si me viera corriendo de esta manera persiguiendo a mi pequeño hermano, ya que tenía la costumbre de decirme "una señorita no puede comportarse de ese modo." Y tenía razón; yo nunca le había dado disgustos, siempre obedecía. Bajé las escaleras a toda prisa y sin miedo a caer; me sabía de memoria cada rincón de esta mansión. Daniel todavía llevaba ventaja. Era rápido, y eso me lo ponía más difícil. Siempre fui lenta para esto y, con los tacones que mi madre me obligaba a usar, corría el riesgo de torcerme un tobillo.
Daniel corrió hacia el pasillo que conducía a la oficina de papá. Quise gritarle que se detuviera, pero no me atreví; mi madre podría salir y regañarme. Estaríamos en grandes problemas si nos sorprendía jugando, y más a mí. Se suponía que debía actuar como una mujer madura y recta.
Al pasar por la puerta de la oficina sentí alivio de que mis padres no nos escucharan. Pero dos hombres aparecieron al final del pasillo. ¿Quiénes eran? No lo sabía, jamás los había visto; no trabajaban para mi padre.
Antes de poderle decir a mi hermano "cuidado," ya era demasiado tarde. Yo me detuve en seco, pero Daniel impactó con el hombre más alto con toda la fuerza con la que iba corriendo.
Mi hermano se tambaleó yéndose hacia atrás y cayó de sentón. Mientras el hombre, o más bien el roble macizo, no se movió ni un poco por el golpe que produjo Daniel.
Con esa estatura de dos metros y con ese cuerpo fornido, era imposible derribar a ese toro. Mientras mis ojos lo detallaban, el tiempo parecía detenerse a mi alrededor. Pero mi mirada estaba congelada sobre ese hombre musculoso que reflejaba peligro en su aspecto.
-Daniel, ven aquí -por fin hablé en un tono agudo. No sé si era timidez o miedo, pero se me dificultaba hablar.
En el momento que llamé a mi hermano, los ojos de ese hombre se colocaron en mí. Su mirada era tan fría como el tono de sus ojos claros; me escaneó de pies a cabeza y me arrepentí de haber hablado antes.
Me incliné un poco para tomar el brazo de mi hermano y levantarlo. Al levantar la cabeza, lo vi observándome todavía. ¡Dios! Era demasiado alto. El otro hombre junto a él se miraba bajo a su lado.
-¿Y tú eres? -preguntó Daniel ladeando la cabeza con curiosidad. Parecía no tener miedo.
Apreté su brazo con suavidad para que no continuara hablando. No sabíamos quiénes eran. ¿Y si eran matones? No, mi padre nunca solicitaría a este tipo de sujetos venir a nuestro hogar y mucho menos a estar paseando por los pasillos.
Daniel se soltó de mi agarre y se acercó un poco más a ellos. Temblé cuando el otro hombre dio un paso hacia adelante y, al moverse, dejó a la vista un arma de fuego debajo de su saco negro.
Sin pensarlo un segundo, me adelanté y tomé de nuevo a mi hermano, evitando que se acercara más a ellos. El tipo alto detuvo al hombre armado cuando puso su brazo como barrera para que no continuara acercándose a nosotros y volvió a su puesto.
Quise recuperar el aire, pero no podía. Tenía miedo hasta de respirar.
El hombre peligroso se aclaró la garganta y por fin pronunció unas palabras.
-Soy Marco De Luca -dijo en un tono frío y simple. Lo vimos sin comprender; no sé por qué razón se presentaba-. Muy pronto sabrás quién soy en realidad -eso iba dirigido a mí, ya que no dejó de verme. Su voz era profunda y sin emociones.
Pero seguía sin entender a qué se refería con que muy pronto sabré. ¿Qué interés puedo tener yo en eso? Preferiría nunca más volver a verlo, porque, por muy atractivo que fuera, su mirada y su semblante de témpano de hielo me daban temor.
Para quitarse de encima a su madre y a su familia, Daniel Crawford se ve en la necesidad de buscar una novia falsa. Cansado de que siempre le organicen citas a ciegas con mujeres que no le interesan, no tiene otra opción que conseguí a alguien provisional y de esa forma presentarla como su novia frente a todos, pues solo así se podrán calmar las cosas, eso piensa él. Audrey Turner está por cumplir cinco años trabajando en la empresa Crawford como secretaria de la presidencia; tiene una vida monótona a la que fácilmente se acostumbró y no quiere abandonar. No obstante, llega el día en que todo su entorno cambia inesperadamente, tanto en lo laboral como en lo personal. Audrey no sabrá qué hacer cuando le presenten a su nuevo jefe, pues esos dos ya se habían conocido y no fue de un modo nada agradable. A pesar de eso, él le propone que se haga pasar por su novia, una proposición que ella no podrá evitar por tanto tiempo. (Serie Mundo CEO Libro #1)
Natasha Vorobiev se ve en la necesidad de huir de su país buscando un refugio en otro lugar, tendrá que esconder su identidad si no quiere ser hallada y asesinada por el mundo peligroso del que ha escapado. Se cruzará en el camino de Alessio Mancini, quien al igual carga su propio infierno, sin embargo, para ambos no será un impedimento tener una relación apasionada, pues tanto él como ella se sienten atraídos al instante que se miran por primera vez. Mientras tanto, Alessio deberá luchar contra sus demonios en su cabeza, al mismo tiempo demostrar su honor si quiere convencer a su padre de que él es el único merecedor de su imperio. Muchos obstáculos, muchas personas en contra de ellos, una lucha entre familias, hermanos y la guerra de una organización más poderosa que cualquier otra que haya enfrentado el imperio Mancini. ¿Esta vez podrán con todo? (SAGA LEGADO DE SANGRE #2)
Nadie esperaba que Adamo Mancini siguiera con vida, excepto sus padres. Lillie y Dante estaban seguros de que su hijo seguiría con vida, en algún lugar, pero vivo, una madre nunca se equivocaba. Pero en el corazón y en la vida de Adamo no había espacio alguno para esas personas que solían llamarse su familia. Creció en el mismo mundo, pero de una forma cruel, fue lo que lo convirtió en un joven duro y sin escrúpulos, siendo el más temido en la organización dónde operaba. Sin embargo, se sentía en deuda con el capo de Nevada, el único que le tendió la mano cuando más necesitó apoyo, y para él no había nadie más por quién meter las manos al fuego, por esa misma razón acepto la más arriesgada misión, matar al Diablo, el capo de Italia, sin saber que atacaría a su propia sangre, su padre. Ivanna Rizzo será a quien utilicé, por error; ya que creerá que ella es la única que puede llevarlo a su objetivo. ¿Adamo cumplirá la tarea que su capo le ordenó o habrá algún obstáculo en su camino? Primer libro de la Saga Legado De Sangre, historia de Adamo Mancini, esta enlazada con la trilogía Infierno.
Tercer libro de la trilogia Infierno. Dante Mancini, regresa con todo. Pero esta vez para hacerles pagar a todos sus enemigos, protegerá a su familia contra todo peligro, aunque de nuevo tenga que arriesgar su vida. Ahora volverá con más furia y crueldad. Y esta vez no estará solo, su mujer, su fiera la dama de la mafia italiana estará con él. Pero una decisión forzada, hará que su relación pierda fuerza, tanto... que podrá en riesgo su amor. Seguirán enfrentando muchos obstáculos y la rivalidad en ese mundo nunca dejara de existir, y las llamas jamás serán apagadas porque ellos no solo son parte del infierno, sino que son el mismo fuego que los hace arder.Muy pronto todos sabrán lo que es arder, lo que es quemarse al tocar su infierno, porqué el Diablo no perdona y mucho menos si se trata de su mujer e hijos.Tercer libro de la trilogía infierno. Este no es el final de su historia, es el comienzo, porque su infierno no dejara de arder, y su legado será su fortaleza.
Segundo libro de la historia de Luciana y Erick. Han pasado los meses y aunque muchas cosas han cambiado, en el corazón de Luciana siguen pasando los mismos sentimientos. No quiere darse cuenta de ello, o más bien lo quiere ignorar. Pero él regresa, haciendo nuevamente desastibilizar su vida y todo a su alrededor.
Segundo Libro De La Trilogia Infierno Lillie sufrirá cuando se enteré de la muerte de su amado Diablo. Tendrá que enfrentar el mundo sola con sus dos pequeñas razones de vivir, lo único que le dejo el amor de su vida. Mientras los líderes de las otras mafias se enteran de la muerte de Dante, eso solo ocasionará más problemas en ese mundo peligroso. Una revelación, asesinos y más rivalidad, todo por poseer el puesto del Diablo de Italia.
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.