/0/16531/coverbig.jpg?v=261cda68cb4e16c7d1053a271b7d99e5)
Naomi Adler trabaja incansablemente para pagar el tratamiento de su madre. Su vida se ha convertido en una rutina agotadora y monótona. Sin embargo, una noche, su mejor amiga la convence de tomarse un descanso y salir a una discoteca para despejar su mente. Allí, Naomi se topa con Silas Marston. Un enigmático y misterioso mafioso con un oscuro secreto sobre su verdadera naturaleza. Sin saber lo peligroso que es, ella se deja llevar por el momento y termina pasando la noche con él. A pesar de que Silas es conocido por su frialdad con los demás, hay algo en Naomi que lo atrae profundamente, y no puede dejar de pensar en ella. Naomi retoma su vida cotidiana sin saber que su encuentro con Silas cambiará su vida para siempre, descubriendo un mundo en donde lo sobrenatural y lo real se entrelazan, y muchos secretos que saldrán a la luz, a la vez que trata de proteger a la pequeña vida que lleva en su vientre.
Naomi.
-¡Naomi! ¡Apúrate y limpia este desastre!
La gerente estaba más enojada que de costumbre. Busqué el trapeador, un bebé había vomitado en una de las mesas para clientes. Muchos se estaban quejando del olor.
Lo hice lo más rápido que pude, quería evitar sermones, y eso que yo era cajera y no de limpieza. Una vez que terminé, la mamá del niño me agradeció y se disculpó por el desastre.
La cafetería Rosas de Cristal era mi lugar de trabajo principal. También tenía otro de medio tiempo para cubrir los gastos de la casa y de mi madre.
-¡¿Será que puedes ser más rápida?! Hay demasiados clientes en la caja -me regañó, haciendo una mueca de fastidio.
Paulina Pérez, una mujer casada a la que su marido probablemente no le dio huevo anoche, tal vez ni siquiera le atraía su propia esposa, con lo descuidada que estaba.
Ese cabello negro enroscado, como si no se hubiera peinado en días, no sonreía, tenía arrugas, entre otras imperfecciones que notaba por lo mal que me trataba.
¿Quién era yo para juzgar? Mis ojeras eran mi peor defecto. Esas seis horas de sueño me estaban afectando.
-Voy, señora.
-Mueve el culo que para eso te pago.
A veces me daban ganas de insultarla, pero no podía arriesgarme a perder mi trabajo, sería difícil conseguir otro. Fui a la caja, había una larga fila, así que suspiré.
-Buen día, señor, ¿qué desea ordenar? -Alcé el mentón.
Me intrigó mucho el cabello de ese hombre, era blanco, se veía muy joven para estar canoso. No me sorprendería que se lo haya pintado.
Me clavó esos azulados ojos, noté que tenía pestañas largas. Fue extraño, una sensación intimidante mejor dicho.
-Un café puro con azúcar -habló, su tono era grueso-. Y un par de galletas.
Cualquiera babearía por él, con lo sexy que le quedaba ese traje negro con corbata y las manos dentro de los bolsillos.
Inhalé hondo y facturé su orden. Fueron las únicas palabras que intercambiamos ese día.
¿Quién diría que el destino de verdad existía?
(...)
Trabajar de siete de la mañana a tres de la tarde, y luego de cuatro de la tarde a ocho de la noche, me estaba consumiendo. Apenas tenía veinticinco años y ya parecía una señora.
Regresé a casa después de terminar mi trabajo de medio tiempo en el bar, abrí la puerta y no vi a Luisa por ningún lado.
Era la vecina, solía pagarle cada semana por cuidar de mi madre cuando yo tenía que trabajar.
-¿Naomi? ¿Eres tú? -Escuché esa voz angelical que me calmaba cuando tenía un mal día.
Fui hacia la sala, mi mamá estaba sentada en la mecedora viendo televisión con hilo y agujas en mano.
Cáncer de mama, una enfermedad con la que estábamos luchando desde hace más de ocho meses y que no dejaba de crecer en mi madre. El tumor era bastante grande y complicado de tratar, lo descubrimos tarde.
Forcé la sonrisa.
-Mamá, tienes que descansar mucho. ¿Qué haces aquí en la sala? -Recogí unas toallas que estaban en el suelo-. ¿Y por qué Luisa no está aquí? ¿Ya comiste? Llegué un poco tarde hoy, habían muchos clientes en el bar.
Ella tenía una pañoleta en su cabeza, pues todo el cabello se le estaba cayendo y decidió raparse. Sus brillantes ojos color miel me vieron, nostálgica.
-Oh, tuvo que irse más temprano, y no te preocupes que ya comí. Recuerda que Luisa también tiene familia -comentó, tejiendo-. Tampoco es bueno que esté todo el día pendiente de mí.
A ella le encantaba tejer en su tiempo libre, ya parecía una abuelita. Sonreí más tranquila porque estaba bien, aunque Luisa se hubiera ido temprano.
-La próxima semana será tu siguiente sesión de quimioterapia -le recordé, a veces se le olvidaban o se hacía la tonta.
-Naomi, te he dicho muchas veces que me dejes así... no quiero que te esfuerces tanto por mí -expresó, arrugando la frente-. Quiero que te enfoques en ti.
-Lo hago porque no quiero perderte, mamá, eres mi mundo entero -resoplé-. Ahora, vamos a tu habitación que ya es tarde.
La ayudé a levantarse, dejó la prenda en la mesa y se puso de pie con dificultad. Las quimios la tenían muy mal, rezaba todas las noches para que aguantara...
Su cuerpo se veía cada vez más débil y eso me apretaba el corazón.
-Ay, hija mía. No te sientas presionada... tú también me preocupas mucho -Hundió las cejas, mirándome a los ojos-. Deberías empezar a buscar un hombre y formar una familia, me haría muy feliz irme y saber que no estarás sola.
Negué con la cabeza, divertida ante su comentario.
-Lo siento, mamá, pero mi prioridad actualmente es usted, así que ya vamos a la cama -reí-. Además, un hombre puede abandonarme, mi madre no.
-Uff, sé sincera y dime ya que eres lesbiana.
Abrí los ojos, estupefacta. La sinceridad de mamá podía superar límites.
-¡Mamá! Por Dios, ¿qué cosas dices?
Ella rio con dificultad.
-Es que hace años que no me presentas a un noviecito.
Tenía razón.
La última vez que estuve con un hombre fue hace como... unos cinco años. Me centré tanto en trabajar para ahorrar y pagar una buena universidad, aunque el cáncer de mi madre nos golpeó duro a las dos.
Ya no me importaban los estudios, solo ayudarla a sobrevivir para estar juntas las dos, como siempre. Éramos un equipo.
-Ya, ya, es hora de dormir -la regañé-. Mañana será otro día.
Se acostó en su cama con mi ayuda, la arropé porque solía darle frío en la madrugada. Había una sola habitación en la casa, ella dormía en una cama individual y yo en otra, así me sentía más aliviada por estar al pendiente.
-Mañana estás libre, ¿no? -preguntó.
-Sí.
-Diviértete, hija. Sé que Malena ha querido salir contigo en cada día libre que tienes -soltó, con una sonrisa enternecedora.
-¿Malena vino a visitarte?
-Oh, viene muy seguido.
-Ella sabe que no tengo tiempo...
Bajé la cabeza.
Malena era mi única amiga, nos conocimos en la secundaria y vivíamos en el mismo barrio. Ella se llevaba de maravilla con mamá.
-Claro que tienes tiempo. Por ejemplo, mañana -Me vio con picardía.
-¿Estás obligándome a salir? -Alcé una ceja, divertida.
-Así es. Y como tu madre, te lo ordeno -Asintió.
Justamente, Malena me estaba llamando. Supuse que había acordado algo con mi madre para sacarme de casa, era su costumbre.
-Es ella -le dije, alejándome para contestar-. ¿Hola?
-¡Naomi! Mañana será un gran día, ¿no lo crees? -habló, con entusiasmo en su tono-. Me enteré de que estás libre. ¿Por qué no salimos en la noche? ¡Te enseñaré un lugar que te encantará!
Inhalé hondo.
-Lo siento, pero... -Vi a mi madre, ella hizo una mueca de enojo y cruzó los brazos.
¿Debía aceptar? Si no lo hacía, estaba segura de que mamá me trataría con frialdad durante varios días y no soportaba estar así.
Suspiré.
-¿A dónde iremos? -pregunté, derrotada.
Las dos me habían ganado esa vez. Tuve que rendirme.
-¡No puedo creerlo! ¿De verdad vendrás conmigo? -interrogó, conmocionada.
-Así es.
Pude escuchar el aplauso ligero de mi madre. ¿Para qué tener enemigos si ya estaba ella?
-¡Genial! Pasaré por tu casa mañana a las seis de la tarde. Ponte tu atuendo más sexy porque iremos a cazar hombres con mucho dinero -proclamó.
-¿Hombres? -Fruncí el ceño.
-Es broma. Iremos a bailar y distraer la mente, ¿vale? Prometo que estaré contigo en todo momento -alegó, con la voz chillona por la emoción.
-¿Me llevarás a un club nocturno?
Mi mamá abrió la boca al escucharme.
-Algo así. Una discoteca común y corriente, un poco de bebida, un poco de baile, nada puede salir mal si estás conmigo -corrigió.
-De acuerdo, Malena. Nos vemos mañana.
-¡Buenas noches, Naomi! -Y colgó.
-No sabes lo feliz que me hace saber que has aceptado su invitación por fin, hija -comentó mamá, con los ojos brillosos.
-Tal vez tengas razón y necesito olvidarme un rato del trabajo. Además, Paulina cada día está más insoportable -bufé, quitándome los zapatos.
-Y no lo dudo -Se echó a reír-. Desde que trabajas ahí, esa mujer solo es un dolor de cabeza para ti.
-El peor dolor de cabeza.
Mi madre era como mi mejor amiga. Podía contarle cada cosa que pasaba en mi vida, y no me regañaba o juzgaba. Ella fue padre y madre a la vez, ya que el imbécil ese la abandonó estando embarazada de mí y nunca supe de él.
Lilia y Chris hicieron una promesa de casarse cuando eran niños, pero la vida los separó y ella olvidó esa promesa. Años después, Jax Brown compromete a su hija con Ethan Watson, un viejo amigo de la familia que ha regresado del extranjero. A medida que Lilia conoce más a Ethan, decide darse la oportunidad de enamorarse con el tiempo. Sin embargo, el día de su boda, Chris reaparece en la vida de Lilia de manera inesperada al enterarse del compromiso a través de las noticias. Chris, dolido por los acontecimientos, decide secuestrar a Lilia como castigo, recordándole la promesa que hicieron en su infancia y que ella olvidó, con el objetivo de convertirla en su esposa. Lilia se encuentra atrapada entre las garras del líder de la mafia, quien ha vivido una vida llena de desafíos y oscuridad. Ella se enfrenta a una lucha para entender sus propios sentimientos, porque con el tiempo, el deseo hacia el mafioso empieza a crecer, dándose cuenta de que Ethan no le transmitía esa misma chispa intensa que logra Chris. ¿Podrá Lilia evitar caer en la tentación que le representa Chris? ¿O se dejará llevar y dejará de lado sus obligaciones?
Laia siempre había soñado con el amor verdadero y creyó encontrarlo en su mate, un alfa formidable que no dudó en buscarla el mismo día que se presentó su transformación. Sin embargo, las promesas de amor se desvanecieron bajo su indiferencia. Caleb, líder de la manada ShadowMoon, era un alfa prodigio, respetado y temido por los lobos, y hasta los propios cazadores sabían de su existencia. Aunque él reclamó a Laia como su luna, nunca le demostró el afecto que ella esperaba recibir. Tras una traición devastadora, Laia se dio cuenta de que jamás sería amada y abandonó la manada en busca de su identidad y poder interior. Tiempo después, tras reencontrarse con Caleb, él descubrió que Laia no solo había crecido en fuerza y que ya no era la misma mujer inocente que conoció, sino que también guardaba un inesperado secreto acerca de la diosa Luna, un misterio que podría cambiar el destino de los hombres lobo. Juntos debían unir fuerzas para cumplir una profecía y enfrentar una amenaza mayor que acechaba al mundo entero, mientras Caleb luchaba en su interior por redimirse y reconquistar el corazón de Laia, recibiendo desprecio por parte de ella. ¿Podrá Laia encontrar la verdad detrás de la profecía y la oscuridad que amenaza su mundo? ¿Podrán ambos perdonarse por el daño que se han hecho y darse una segunda oportunidad?
Aurora Hidalgo siempre ha vivido a la sombra de Salomé, su despiadada hermana mayor. Salomé fue elegida como heredera de la compañía de sus padres, esto la volvió arrogante y ambiciosa. Aurora cayó en la boca del lobo en cuanto conoció a Jean Zelaznog, un apuesto y exitoso CEO que entró en su vida para darle una sacudida. Ella se verá envuelta en un torbellino de emociones prohibidas. Una alianza entre ambas familias desencadenó un compromiso arreglado entre Salomé y Jean. A pesar de esto, él no pudo evitar sentirse atraído por la inocencia y la pasión que emanaba de Aurora, su amor floreció en secreto, desafiando las expectativas y las obligaciones familiares. Pero el amor en las sombras es un juego peligroso que les traerá graves consecuencias. Con cada encuentro clandestino, Aurora y Jean se adentran más en un laberinto lleno de deseo y decepción. ¿Podrá su amor y determinación superar los obstáculos? ¿O se rendirán en el proceso?
Ximena Foster, una mujer que vivió su juventud con pasión junto al amor de su vida, Dante Watson, hasta que se casó con él. Su matrimonio parecía un cuento de hadas, lleno de sueños compartidos y la promesa de una familia feliz, o eso era lo que ella siempre creyó, cegada por el amor. En el segundo aniversario de su boda, Ximena sufrió una traición inesperada por parte de Dante. La dejó contra la espada y la pared en cuanto descubrió su infidelidad. Devastada y humillada, ella juró vengarse. Apuntaría al corazón mismo de Dante. Decidió apuñalarlo con lo que más le dolía: la familia. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que involucrarse con Eric Watson? Su hermano. Sin embargo, Ximena no sabía que estaba jugando con fuego y que los hermanos Watson ocultaban un inesperado secreto sobre ella.
Camila era esa típica mujer ilusionada que siempre la flechaban los chicos guapos de la calle, por ejemplo; aquel chico del autobús que se sentó al lado de ella y jamás volvió a saber de él, su amor platónico de una semana. Ese tipo de chica. Su vida cambió cuando conoció a Jake, su nuevo crush del café, con el que fantaseaba en tener sexo y lo plasmaba en eróticos dibujos con un realismo impresionante. Cosa que no debió haber hecho en el lugar donde él trabajaba, Camila no sabía si su amor platónico cumpliría sus fantasías o la tacharía como una loca pervertida. ¿Te gustaría averiguarlo?
Oriana Jones ha trabajado como secretaria de múltiples CEOS a lo largo de su vida, hasta que consiguió un trabajo fijo en donde permaneció durante cuatro años. Un día la despiden por haber rechazado acostarse con su jefe, este le quita todo lo que posee, su departamento, bienes, etc. La deja en la calle. Oriana se encuentra sola y desamparada, hasta que un desconocido encapuchado la encuentra y reconoce su rostro, este resulta ser el CEO más alabado del país, el jefe de los jefes, el hombre que está en el puesto número uno como el más importante y millonario de la ciudad. Jax Brown le da una nueva oportunidad a Oriana, le ofrece salir de las calles para que no se convierta en una vagabunda después de todo lo que ha logrado la mujer, a cambio tendrá que casarse con él. Pero los secretos que guardan verdades más profundas suelen disfrazarse con facilidad.
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Rachel pensaba que con su devoción conquistaría a Brian algún día, pero se dio cuenta de que se había equivocado cuando su verdadero amor regresó. Rachel lo había soportado todo, desde quedarse sola en el altar hasta recibir un tratamiento de urgencia sin su presencia. Todos pensaban que estaba loca por renunciar a tanto de sí misma por alguien que no correspondía a sus sentimientos. Pero cuando Brian recibió la noticia de la enfermedad terminal de Rachel y se dio cuenta de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se derrumbó por completo. "¡No te permito que mueras!". Rachel se limitó a sonreír. Ya no necesitaba a ese hombre. "Por fin seré libre".
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".