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Amigos con derechos.

Amigos con derechos.

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Sam después de haber sido ignorada tantas veces por su crush, él al fin le dio la oportunidad de verla con otros ojos pero como amante sexual. Samantha y Alessandro tienen vidas totalmente diferentes al otro, pero solo hay una cosa que tienen en común... el cibersexo, logran mantener una relación abierta y sin problemas hasta que se conocen en persona comenzando a tener aquellas molestias llamadas "sentimientos".

Capítulo 1 Primer Capítulo

Hoy era un día como cualquier otro en dónde Samantha se levanta, se cepilla los dientes, se arregla, come y se va a la universidad.

Otro día más rutinario y aburrido, ella esperaba que algo más interesante le llegará a su vida, un momento... ¿Esperar? ¿Por qué? Pues ella solo le encantaba leer libros digitales en varias apps de en su celular, no le gustaba pagar en su mayoría, así que descargaba muchas para poder encontrar un descuento o el libro gratis.

No había otra cosa mejor que estar en su mundo, enamorándose de personajes ficticios como siempre, ella se consideraba proculsexual y, ¿Cómo no serlo? Esos personajes eran mejores que los hombres de la vida real, además, nadie le prestaba atención, no tenía vida social y eso no le importaba porque se sentía más cómoda en su mundo de lectura, pues esos personajes de aquellos libros la llenaban de alegría, se sentía más viva leyendo un libro que en la misma vida real.

Tal vez exageré un poco, si tiene amigos, pero son pocos o tal vez no deberían llamarse amigos, no lo sé, solo sé que son personas en un grupo de Facebook recomendando libros para leer, así tendría oportunidad de conseguir recomendaciones de libros gratuitos o libros nuevos, quiénes ella iba a apoyar de inmediatamente.

Los favoritos de Samantha eran los de romance e historias calientes, pues sí, no tenía vida social así que menos vida sexual, solo se alimentaba con leer libros eróticos, ella estaba llena de mucha información, pero sin nadie con quién experimentar y no entendía el por qué, ella era tan linda tanto físico como emocional, pero hay cosas en este mundo que no tienen explicación.

Nadie le prestaba atención, pero tampoco se preocupaba por ello, pues se sentía tan bien como estaba que no era necesario, aunque algunas veces llega unos momentos dónde te sientes desanimada queriendo llenarte desesperadamente con cosas que antes no te preocupaban, pero por suerte solo eso pasaba cada vez que le llegaba la menstruación, se desesperaba o se desanimaba por su vida social. Del resto le gustaba su vida estudiando y viviendo con sus padres, lo sé, algo tranquilo.

Ella esperaba el autobús para ir a clases, sus padres tenían auto, pero preferían que se fuera sola para que vaya teniendo independencia. Mientras esperaba el autobús en su parada de siempre, chequea su celular revisando el Facebook para saber alguna novedad de algún libro nuevo, desliza su dedo de abajo hacia arriba viendo las publicaciones hasta que una le llamo la atención.

La publicación era de un chico que a ella le gustaba, le había enviado la solicitud y todo, pero este no le prestaba atención, nada nuevo, ella comentaba sus fotos y nada, simplemente él no estaba interesado en ella y por eso la ignoraba a ver si lo dejaba en paz, Samantha captó la indirecta así que retiró la solicitud y no siguió insistiendo, ya llevaba tiempo sin intentar nada de nada, no obstante, haría una excepción por esa publicación, solo sería está vez porque hablaba sobre una crítica y Samantha no estaba de acuerdo con ello así que solo quería objetar.

“¿Por qué tanta perversión en sus libros? Seguramente son vírgenes”, publicación.

Se le notaba la burla, Sam no entendía, ¿Cómo alguien tan lindo podría ser un idiota? Cómo dije antes, hay cosas inexplicables.

“La perversión es sólo otra forma de arte. Es como la pintura o el dibujo o la escultura. Excepto que, en lugar de pintura, nosotros los pervertidos usamos el sexo como nuestro medio”, comenta Samantha.

Sin más que comentar, Sam guarda su celular al ver que el autobús se aproximaba a su parada, una vez parado este al frente de ella, se sube en él, le da su ticket al chofer, camina por el bus tomando su asiento al encontrar uno libre, saca su teléfono y sus audífonos conectándolos a él para escuchar música.

Una vez bajada del autobús camina unas cuántas calles a su universidad, a pesar de que le encantaba la literatura había que admitir que hay algunas cátedras que le daban aburrimiento y justamente le tocaba una de ellas a primera hora, pasea por la universidad sin prisa pues sabía que no era tan lejos su aula, de camino a su aula, su teléfono no dejaba de sonar, eran notificaciones, antes de bajarse del bus, ella había guardado su celular en su bolsillo, así que lo sacó para revisar porque su teléfono hacía tanto escándalo.

“Alessandro ha reaccionado tu comentario”, notificación.

“Alessandro ha respondido tu comentario”, notificación.

Sam toca la notificación para ver lo que contenía la respuesta de su comentario, después de unos segundos se carga la página.

“Interesante respuesta”, respuesta de Alessandro.

Sam no sabía cómo reaccionar, era muy misterioso ese comentario, ¿A qué se debe con interesante? ¿Interesante bueno o interesante malo? Sin responder el comentario hacía ella, siguió leyendo las notificaciones quedando impresionada con cada una de ellas.

“Alessandro ha reaccionado a tu foto de perfil”, notificación.

“Alessandro ha reaccionado a tu foto de portada”, notificación.

“Alessandro te ha seguido”, notificación.

“Alessandro te ha enviado la solicitud”, solicitud de amistad.

“Alessandro te ha enviado un mensaje ¿Eliminar o contestar?”, solicitud de mensajes.

Ella queda boquiabierta, era como si la acosadora se había vuelto acosada, el chico al que le había comentado y respondido, le había enviado la solicitud y un mensaje, así es, el mismo chico que la ignoraba, Sam no comprendía nada, su mente comenzó a buscar en muchos pensamientos las posibles respuestas, tal vez no le gustó el comentario y solo está reclamando o era para que ella lo dejará en paz porque se sentía acosado, aunque seguían más pensamientos como esos y tal vez sería un interesante malo, ella no captaba su reacción, vuelve a revisar su comentario y no ve que haya comentado algo malo, tendrá que leer el mensaje a ver qué es lo que quiere, Sam ve su teléfono indecisa, mueve su dedo y le da a “Contestar” abriéndose el mensaje para ver lo que contenía.

[07:45] Alessandro: Así que, ¿Sos una pervertida?

¿Qué? ¿Era en serio? Sam pensaba que sería algo más fuerte, prepara sus dedos para responder, pero choca con alguien por estar pendiente de responder aquel mensaje.

—Disculpé... —Expresa muy apenada con la persona que tenía al frente.

—Ya empezará nuestra clase señorita León, espero verla más concentrada. —Se cruza de brazos con severidad en su rostro.

Ella asiente varías veces con timidez, guarda su teléfono y entra a su aula. Su profesor era más alto que ella, trigueño, cabello castaño un poco canoso, tendría unos cincuenta años, era amigable, pero su cátedra daba bastante sueño, se comportaba muy profesional en su clase y fuera de ella era un amigo más para los estudiantes.

La clase había empezado y no hay que recalcar que a Sam le aburría, a pesar de ello, no solo por eso no se podía concentrar, ella pensaba en una respuesta para Alessandro, quería ser interesante, pero a su vez que no se vea que está desesperada por él.

Que típico, ¿no? decir que superaste a tu crush y luego este te escribe, volviéndote loca y cayendo en sus redes nuevamente, creyendo que lo habías superado, pero realmente estabas intentado hacerlo, pues porque una tiene dignidad, suele pasar.

Termina su clase aburrida y se sienta en la parte de atrás del aula a esperar la otra clase, siempre era así, no salía ni nada, no hablaba con nadie, solo se sentaba sola en la parte de atrás a esperar mientras leía algún libro, pero está vez serían los mensajes de Alessandro.

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