- Siéntese y dígame qué es eso tan urgente que tiene que decirme. - dijo serio, Oliver estaba sumamente nervioso.
-Mi empresa se está yendo a la quiebra, necesito su ayuda. - Alexis lo observó sorprendido.
-Pero si las editoriales Russo son de las mejores que hay aquí en España.
-Me han estado robando y no me había dado, al parecer cuando había reunión de las finanzas, los reportes estaban alterados.
-¿Cómo se a dado cuenta?
-Sophie - al escuchar ese nombre Alexis sintió su corazón latir apresuradamente, esa mujer se le había metido en el alma, la amaba y la odiaba al mismo tiempo, se conocían desde niños, él siempre trato de conquistarla, pero ella siempre lo despreciaba. - ella decidió revisar los registros, todos, fue cuando encontró que estaban alterados, maquillados.
-¿Sabes quién te robó?
-Desconfío de Yael - Alexis al oír ese nombre hizo sus manos en forma de puño, ese maldito, que decía ser su amigo, le quitó la mujer que amaba.
-¿Y no has hecho nada al respecto?
-Nada, Sophie no cree que él tenga que ver, y ahora que piensan casarse menos quiere desconfiar. - Alex sintió que su corazón dejó de latir.
-¿Se va a casar? ¿Y lo vas a permitir?
-Alexis, Sophie lo quiere, yo no puedo meterme en su vida.
- Se que tienes razón, pero por algo sospechas de él, no debe de ser digno de tu hija.
-Aunque tengas razón, nunca me ha gustado meterme en de vida de mis hijas, pero ellas tienen que abrir sus ojos y darse cuenta de las cosas. - Alexis se levantó enojado de su asiento, Sophie no podía casarse con Yael, no podía permitirlo, así tuviera que secuestrarla.
-Bien y ¿a qué has venido?
-A qué me prestes una gran cantidad de dinero, para poder levantar las editoriales.
-Oliver, sabes que lo haría con gusto, pero sería perder ese dinero. - Oliver se quedó sorprendido.
-¿Porque dices eso?
-Oliver, porque si sospechas de Yael y él sigue trabajando para ti, seguirá robando, ¿cómo harás para pagarme? Saldría perdiendo yo, y así no hago negocios. -Oliver sabía que Alexis tenía razón.
-Si, tienes razón, saldré hablar con Sophie, tal vez llegue a un acuerdo con ella. - Alex quién estaba viendo por la ventana, se giró bruscamente.
-¿Sophie está afuera? - Oliver frunció el ceño.
-Si, ella a venido acompañarme, es la única que sabe lo que está pasando.
-¿Y porqué se quedó afuera en lugar de entrar contigo?
-Porque el que tiene que hacer negocios contigo soy yo, no ella.
-Si, pero por ella no estamos haciendo negocios porque está defendiendo a un ladrón. Lo siento Oliver, pero sabes que así no puedo hacer negocios, no mientras Yael esté ahí.
-De acuerdo, haré que Yael se vaya, para que podamos hacer negocios. - Alexis asintió, mientras Oliver se ponía de pie y extendía su mano para despedirse de Alex. - Gracias por atenderme.
Cuando Oliver salió, Sophie se levantó de inmediato de su asiento.
-¿Qué te ha dicho?
-No va hacer negocios con nosotros.
-¿Por qué?
-Sophie, soy sincero, sospecho de Yael y mientras él esté ahí Alexis no piensa ayudarnos, porque seguirá pasando lo mismo y luego no tendré cómo pagarle, así que será mejor irnos y descubrir quién me está robando realmente. - Sophie no dijo nada, ella tenía que hacer algo. - Vamos, que tu madre nos espera para almorzar.
-Papá, no me iré contigo, como sabes Lady trabaja aquí, y saldremos almorzar juntas, por lo que pienso esperarla.
-Bien cariño, te espero en la casa, para saber que vamos hacer. - Sophie asintió.
-De acuerdo. - Oliver se despidió de su hija y se fue de ahí. Ella inmediatamente se giró hacia Elsa.
-¿Podría preguntarle al señor Black sí puede atenderme? - Elsa la observó en silencio.
-Lo siento señorita, pero no creo que el señor Black la atienda, a menos que sea con cita.
-Por favor, ¿podría preguntarle?, y si tiene que ser con cita que él mismo me la dé. - la voz tan amable de Sophie convenció a Elsa.
-De acuerdo, iré a preguntarle. - Sophie asintió agradecida.
Alexis, daba vueltas en su oficina, ella estaba afuera y se moría por verla, pero no saldría, luego de diez minutos respiró profundo y decidió sentarse, Elsa tocó antes de entrar, con cara nerviosa.
-¿Qué pasa? - dijo irritado.
-Señor, sé que me dijo que no volviera a dejar que nadie entrara a menos que tuviera cita, pero la señorita Russo desea verlo, y si no puede atenderla en este momento, desea una cita con usted. - Alexis no podía creer lo que Elsa le estaba diciendo.
-¿Y Oliver?
-Ya se marchó, señor. - torció los labios algo dudoso.
-Bien, hazla pasar. - Elsa salió de la oficina y Alexis suspiró profundo antes de que Sophie entrara. -unos suaves toques a la puerta lo pusieron más nervioso, pero tenía que ser frío, tenía que ser despreciable.
-Adelante - Sophie entró nerviosa y Alexis no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, ese cuerpo y esos ojos lo volvían loco. - ¿Qué desea señorita Russo? - su voz sonó fría.
-Deseo hablar con usted - su voz era tan dulce y melodiosa, que eso le encantaba.
-Siéntese y dígame, y por favor sea rápida y directa, que tengo mucho que hacer.
-Vengo a pedirle que por favor ayude a mi padre, las editoriales son todos para él.
-Y si sabe que son todo para él, ¿por qué no denuncia al ladrón de su novio? - su voz era muy fría Sophie suspiró.
-No me importaría que mi padre lo denuncie o que lo eché, pero me da miedo que haga algo en contra de nosotros. - por primera vez desde hacía mucho tiempo, Alexis dejó ver sus sentimientos a Sophie, y ella vio lo sorprendido que se quedó.
-¿Por qué lo dices?
-Yo me entiendo, ¿podrías ayudarle? - Alexis la observó en silencio por unos minutos lo que hizo que Sophie se pusiera nerviosa
-Sólo podría ayudarle de una forma. - Sophie sintió un escalofrío en su cuerpo.
-¿Cuál sería esa forma? - Alexis sonrió, pero era una sonrisa, cínica y malvada.
-¿Qué te cases conmigo?