img Una desgracia llamada tú  /  Capítulo 4 No soy un maldito conejillo de indias | 33.33%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 No soy un maldito conejillo de indias

Palabras:1055    |    Actualizado en: 12/06/2023

so, Héctor había olvidado dejar

a manera comenzó a sentir algo muy extraño a su alrededor. Su cuer

que parecía ser una bola de carne, se encontraba retorciéndose y encogiéndose desesperado. Sus lágrimas caían y se veía lleno de impotenci

uerpo ardía y rogaba por más mientras más violento era su victimario. Odiaba y amaba esa sensaci

tía, Héctor era más despiadado, era como si quisiera comerlo hasta el últim

alidad. Terminaron tan inmersos en todo ese deseo, que

**

ia. Se encontraba muy desorientado, su abuelo muy preocupado y ha

cto

mayoría del tiempo, en ese momento lo observaba con una mirada co

ía un dolor terrible en todo el cuerpo, era como si cada músculo se

e que había sucedido. Sin embargo, lo que le heló la sangre, fue el ver que el científico

ista de calor o afecto, de un segundo a otro

sangre, orina, saliva e incluso a hacerle

y registrando sus avances. Varios días pasaron y debido a su debilidad Héctor no preguntó o re

on la edad de quince años, a diferencia de otros sujetos qu

ón directa con las ferom

O-103 en el primer celo de este, lo cual provocó un rechazo violento por part

statar la aparición de glándulas salivales “especiales” las cuales

y agresiva, por lo que probablemente el sujeto O-10

útero del sujeto O-103. Aún no se determina los estragos de

ando a entender el horror que le estaba sucediendo

arazo

esadilla de la que quería

despertado, no importaba cuanto había escuchado o despertado, simplemente no podía procesarlo

nemos problem

la puerta se quedó entre abierta, por lo que Héctor pu

acilidad, sin embargo... In

ien se trataba, pero, en el fondo un sentido de urgencia y terror lo invadió. Ni siquiera supo có

mano en la boca del chico tratando desesperadamente de detenerlo. La mirada del c

o, que sus lágrimas empáticas cayeron sin darse cuenta. Casi com

able que todo estaría bien que

r qué, debí

ó el ceño, pero se negó a retirarse, el sitio se volvió tan desagradable, que varios de l

do, y sorprendido regresó la mirada al chic

te agotado, miró a Héctor de una man

có con cuidado

observó en silencio. Sin embargo, las pala

ldito conejil

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY